Dimite el responsable de manipular las cifras de la inflación en Argentina
Guillermo Moreno, secretario de Estado de Comercio, siempre apoyado por Cristina Fernández, impulsó desde 2007 la falsificación de las cifras del crecimiento y de la subida de precios
Guillermo Moreno, el hombre que marcó el rumbo de la economía de Argentina en los últimos años, ha dimitido este martes. Su cargo –como suele ocurrir en el Gobierno de Cristina Fernández– no se correspondía con su verdadero poder. En teoría era un mero secretario de Estado de Comercio. En la práctica fue el hombre que impulsó desde 2007 la falsificación de las cifras del crecimiento y la inflación con la manipulación del Indec, el instituto estadístico argentino. A raíz de esa decisión, una docena de consultoras publicaron estudios donde dejaban en evidencia la falsedad de las cifras oficiales y Moreno las multó. Finalmente, este año, un juez incriminó a Moreno por supuesto abuso de autoridad.
A través de sus medidas, y siempre con el apoyo de la presidenta Fernández, Moreno consiguió que la mera mención de la palabra inflación fuese un tabú en Argentina. Y consiguió también que el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitiera por primera vez en su historia una declaración de censura contra un país por manipular sus estadísticas.
Moreno fue también el hombre que promovió en febrero la congelación temporal de precios en los supermercados como un método bastante particular de combatir la subida de precios. Lo hizo a su manera: reuniendo a los principales ejecutivos de las firmas y diciéndoles que no tenían otra alternativa que aceptar su propuesta. La inflación siguió a su ritmo y Moreno prorrogó la medida otros dos meses. La subida de precios continuó, pero el secretario de Estado consiguió de paso que muchas de las grandes empresas dejaran de anunciarse en los diarios, con lo cual los medios más críticos del Gobierno argentino, como Clarín, La Nación y Perfil perdieron hasta un 20% de sus ingresos. Los diarios alegaban que Moreno “apretaba” a los empresarios para que no se anunciaran. Pero ningún empresario admitió públicamente que Moreno lo apretaba.
Guillermo Moreno tenía enemigos por todas partes: entre la clase empresarial, en los medios de comunicación, especialmente en el grupo Clarín, y también dentro del propio Gobierno. Pero contó siempre con el apoyo incondicional de Néstor Kirchner y después de Cristina Fernández. Hasta que este martes presentó su renuncia. Fernández se la aceptó y le premió los servicios prestados con la agregaduría económica en la embajada de Argentina en Roma. "El premio a los inútiles y los fascistas son las representaciones argentinas en el exterior, preferentemente en Europa", declaró la diputada opositora Elisa Carrió, en clara alusión también al exministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien ha sido nombrado embajador de Argentina ante la Unión Europea.
Moreno dejará su cargo el 2 de diciembre y a partir de entonces el mando de Economía quedará concentrado en las manos del nuevo ministro, Axel Kicillof.
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