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EE UU condena a un general colombiano por nexos con paramilitares

Santoyo dio apoyo a las Autodefensas, que han dejado más de 250.000 víctimas en el país El militar fue el secretario de seguridad del ex presidente Álvaro Uribe Es la primera vez que un oficial de tan alto rango es condenado por la justicia de otro país

Mauricio Santoyo, en una imagen de 2007.
Mauricio Santoyo, en una imagen de 2007.F. CAICEDO (AFP)

Trece años de prisión deberá pagar el general retirado de la policía colombiana, Mauricio Santoyo, después de admitir que ayudó a paramilitares. Así lo determinó un juez de la Corte del Distrito Este de Virginia, que además, ordenó el pago de una multa de 125.000 dólares.

La Corte de Virginia acusó a Santoyo de haber suministrado “apoyo y recursos materiales” a las desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia (un grupo de extrema derecha que dejó más de 250 mil víctimas) entre el 31 de octubre de 2001 y el 28 de noviembre de 2008, época que coincide con su paso por la casa presidencial cuando Álvaro Uribe Vélez era el jefe de Estado.

Santoyo fue jefe de seguridad de Uribe y era considerado uno de sus hombres de confianza, por lo que manejaba información privilegiada.

La historia que convirtió al general Santoyo en un villano –luego de ser considerado un policía ejemplar por el rescate de más de 150 secuestrados a finales de los 90– explotó a finales de junio pasado, cuando EE UU solicitó a las autoridades colombianas que arrestaran al oficial para que respondiera por cargos de narcotráfico.

El 3 de julio, Santoyo, que se retiró de la Policía en 2009 luego de 30 años de servicio, se entregó en Colombia y la DEA lo llevó a presentarse ante la justicia norteamericana, que contaba con testimonios de tres exjefes paramilitares extraditados. Según estas confesiones, el oficial les alertaba sobre operativos policiales y les ayudaba con información confidencial que sirvió para la “comisión de actos terroristas y narcotráfico”.

En un principio, la Corte de Virginia le formuló cargos por conspirar en el tráfico de narcóticos con la organización criminal conocida como la Oficina de Envigado (creada por el narcotraficante Pablo Escobar) y las Autodefensas Unidas de Colombia.

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Según el expediente, Santoyo “sabía e intencionalmente conspiró” para traficar droga y ayudarles a esas organizaciones criminales a transportar droga por Centroamérica y México. Lo habría hecho a través de sobornos. Sin embargo, Santoyo negó ese cargo. “Colaborar con grupos terroristas no es pertenecer a una banda de narcotráfico”, dijo en su momento, la defensa del oficial.

El general retirado pensó en declararse inocente y enfrentar el juicio en EE UU, pero según la revista SEMANA, unas grabaciones comprometedoras de Carlos Mario Aguilar, conocido como Rogelio y jefe de la Oficina de Envigado, sumadas a testimonios de oficiales retirados que fueron claves en los nexos de Santoyo con estos criminales, lo llevaron a confesar, el 20 de agosto, haber colaborado con los paramilitares. Según reveló SEMANA, dentro de su confesión, Santoyo, afirma que siendo jefe de seguridad de Uribe hacía chuzadas (pinchazos telefónicos) ilegales para ayudar a las Autodefensas. También les informaba sobre las interceptaciones que les hacían las autoridades.

Con esta condena, Mauricio Santoyo, de 52 años, se convierte en el oficial de más alto rango que ha sido condenado por un tribunal extranjero por nexos con paramilitares. Fue jefe de una unidad antisecuestros de la Policía en Antioquia (noroccidente) entre de julio de 1996 y diciembre 2001, periodo en el que Álvaro Uribe fue gobernador de ese departamento. En este tiempo, el oficial, quien ostentaba el rango de coronel, interceptó teléfonos de manera ilegal a organizaciones y líderes de derechos humanos y le suministró esta información a las Autodefensas que delinquían en esa región. Estas utilizaron esta información para secuestrar y hacer desaparecer a varias personas.

Por estos crímenes la Procuraduría colombiana lo destituyó, mientras que la Fiscalía lo absolvió en agosto de 2003. Lo que sorprende es que a pesar de tener esta investigación en su contra, Álvaro Uribe lo nombró como su jefe de seguridad cuando asumió la presidencia en 2002.

En su momento, Uribe defendió la designación de Santoyo porque había apelado la decisión de destitución de la Procuraduría y esta fue a su vez revocada en 2006 por el Consejo de Estado, ya que los delitos por los que se le acusaba habían prescrito. Un año después, en 2007, una comisión del Congreso promovió su ascenso a general tras tener el visto bueno de una junta de generales. En la ceremonia de su ascenso, el expresidente Uribe expresó su gratitud con el trabajo que realizó Santoyo como su jefe de seguridad y lo envió como agregado policial a la embajada de Colombia en Italia.

Ahora, Santoyo tendrá que suministrar información sobre las actividades criminales de su círculo más cercano y entregar los bienes que se compraron con el dinero de los sobornos, según un acuerdo que firmó con las autoridades de EE UU, que también incluye su detención en una cárcel de mediana seguridad en La Florida. Antes de la audiencia donde se conoció la condena, el general retirado solo dijo: “reconozco que me equivoqué. Cometí errores y estoy respondiendo por ellos”.

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