Alexis Tsipras, la estrella emergente de la izquierda
El líder de Syriza, que ha conseguido el 16,7% de los votos en las legislativas, se estrenó como parlamentario en 2009
Alexis Tsipras (Atenas, 1974) suele explicar el éxito de Syriza (Coalición de Izquierda Radical) recurriendo a un símil futbolístico: “Somos como el Barça, jugamos con fantasía”. Fanático del club blaugrana, este templado ingeniero civil al que muchos llaman Cool Alexis, es la estrella del día tras convertirse el partido que dirige desde 2008 en la segunda fuerza política griega, con el 16,7% de los votos y 52 diputados. Para alguien que se estrenó como parlamentario en 2009, no es un mal resultado.
En la sede de Syriza, en un barrio chungo de Atenas, reina este lunes una agitación inusitada, pero resulta sencillo llegar hasta el puente de mando. “Syriza es como Izquierda Unida en España, es nuestro partido hermano”, se presenta el portavoz, Panos Skurletis. “Los resultados de las urnas tienen una doble lectura, han de interpretarse como un castigo a la política de austeridad del memorándum y un mensaje al conjunto de Europa de que las medidas que se aplican en Grecia, y en otros países de la UE como España, no dan respuesta a la crisis. Queremos que Grecia siga en el euro, pero para mantenernos deben cambiar algunas cosas”.
“El éxito de Syriza hay que verlo también como un trampolín para la izquierda griega; si se repitieran las elecciones, creemos que mucha más gente apoyaría nuestras propuestas y podría formarse un frente de fuerzas de progreso. Porque los que votaron ayer a Amanecer Dorado seguro que recapacitan: lo hicieron con las tripas, sin fijarse en su ideología ni en el contenido de su programa. ¡Veintiún neonazis en el Parlamento! Es algo trágico”, añade Skurletis.
El Partido Comunista rechaza formar un frente de izquierdas con el partido Syriza
Lo del frente de izquierdas no parece tan claro. Aleka Papariga, líder del comunista KKE, descartó la mañana del lunes integrar una coalición de gobierno con Syriza. No es ninguna novedad: el KKE, siempre prietas las filas, se opone a todo. “Tsipras compara su actitud con el fútbol del Bayern, ya sabes, patadón, defensa y orden”, dice entre risas Zoé, mano derecha del líder desde que este entró en el Ayuntamiento de Atenas, en 2006.
Sus colaboradores le definen como un hombre trabajador, riguroso, frío, “para lo bueno y para lo malo”, bromea Zoé; “tiene química con la gente y es muy espontáneo, lo cual también tiene sus ventajas e inconvenientes”. Padre de una niña, Tsipras no es un político al uso griego: vive en un apartamento amueblado en Kipseli, un barrio con un considerable porcentaje de inmigrantes.
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