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“La vacunación en África es una cuestión de vida o muerte”

Marie-Ange Saraka-Yao, directora de la Alianza Mundial por las Vacunas GAVI, asegura que la inmunización impulsa el desarrollo

Josep Catà
Marie-Ange Saraka-Yao, directiva de GAVI Alliance, en Barcelona.
Marie-Ange Saraka-Yao, directiva de GAVI Alliance, en Barcelona.Albert Garcia

Como directora general de la Alianza Mundial por las Vacunas GAVI, y como responsable de conseguir donativos e inversiones para inmunizar a la población de los países en vías de desarrollo, a Marie-Ange Saraka-Yao, nacida en Costa de Marfil, se le exige una gran capacidad de liderazgo y de persuasión. Pero no le hacen falta muchos argumentos: sus firmes convicciones y la forma amable con la que las traslada se combinan con el peso de la realidad. “Cuanto más se invierte en inmunización, más se impulsa el desarrollo en los países que lo necesitan”, afirma. Saraka-Yao ha conseguido que la Fundación Bancaria “La Caixa” y la Fundación Bill y Melinda Gates renueven el acuerdo con GAVI para impulsar la vacunación infantil en los países en vías de desarrollo. Desde que la entidad bancaria se sumó al programa, la recaudación para producción y distribución de vacunas ha ascendido a 23 millones de euros y más de cuatro millones de niños han sido inmunizados.

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Pregunta: ¿Cuál es la misión de GAVI?

Respuesta: Se trata de una alianza entre el mejor talento en el ámbito sanitario, las instituciones, las fundaciones y también el sector privado. La idea que vertebra GAVI es una voluntad comuna de ayudar a acelerar la cobertura de vacunación en los países en vías de desarrollo. Financiamos la demanda de 73 países y así conseguimos que las empresas farmacéuticas para distribuir las vacunas a bajos precios. Así es como hemos podido acelerar la vacunación, por ejemplo, contra las dos enfermedades más mortíferas entre los niños de estos países: la neumonía y la diarrea. Una de las grandes dificultades antes era la disponibilidad. Ahora, gracias a la alianza con instituciones y empresas, hemos conseguido que cuando se descubre una vacuna para estas enfermedades, al año siguiente ya está disponible en estos países, mientras que antes necesitábamos siete años.

P.: ¿En qué consiste la alianza con La Caixa y con la Fundación Bill y Melinda Gates?

R.: Es una asociación única, porque La Caixa es nuestro primer socio del sector privado. Es interesante porque la entidad ha visto la importancia de la inmunización como el medio para salvar vidas, y también para ayudar al desarrollo de los países. Entre las dos instituciones se han comprometido a multiplicar por cuatro cada dólar que los donantes estén dispuestos a pagar por la inmunización. Llevamos, desde 2008, cuatro millones de niños vacunados, y ahora renovamos el compromiso. Sin embargo, más que el dinero, lo más importante es toda la movilización de la sociedad, que toma conciencia de la importancia de la inmunización.

"La vacunación da las herramientas para el desarrollo económico de las sociedades"

P.: ¿Qué implica la vacunación en los países en vías de desarrollo?

R.: Según nuestros cálculos, cada dosis de una vacuna cualquiera cuesta en Mozambique unos 20 céntimos de dólar. Si no garantizásemos este precio, y por lo tanto su distribución, se genera un problema para toda la familia. Entre el desplazamiento para visitar el médico y la consulta, los padres se gastan una media de 280 euros, y además se ven obligados a dejar el trabajo durante unos días. En cambio, si el niño está vacunado, está sano, va a la escuela, los padres pueden dedicarse a sus trabajos… La vacunación da las herramientas para el desarrollo económico de las sociedades. Uno de los principales indicadores para el desarrollo es la inmunización: China empezó su desarrollo económico después de haber invertido masivamente en salud, y ahora es uno de los principales donantes de GAVI.

P.: ¿Estamos perdiendo la guerra por la inmunización, vista la desigualdad entre los países?

R.: Al contrario, creo que se está demostrando lo opuesto. Después del año 2000, la tasa inmunización en el mundo es la más alta que ha habido nunca. Antes era del 65-70% y ahora es 85%. Además, juntando nuestros esfuerzos hemos conseguido bajar, en cinco años, un 43% del precio de las vacunas para que sean más abordables para los países. Y lo hacemos garantizando a las farmacéuticas un mercado de 73 países. Fue así como, después de la crisis del ébola, nosotros alentamos a las empresas productoras para que investigasen una vacuna, ya que les garantizamos una compra de, como mínimo, 200 millones de dosis.

P.: ¿Qué hay del desarrollo de vacunas contra la malaria y el sida?

"Animamos a las farmacéuticas a investigar al garantizarles un mercado de 73 países"

R.: Para la malaria ya hay una vacuna que está desarrollada, y lo que está haciendo GAVI es financiar un programa piloto. Para el sida todavía estamos en fase de búsqueda, pero los productores saben que seremos nosotros los que compraremos la vacuna. Todavía estamos lejos, porque es una enfermedad muy compleja, pero estamos seguros de que llegará.

P.: En España el discurso del movimiento antivacunas ha creado cierta polémica recientemente. ¿Qué piensa sobre ello?

R.: La experiencia muestra que la inmunización es una de las intervenciones más eficaces en salud, porque previniendo podemos evitar las epidemias y nos permite también el desarrollo del niño y el desarrollo económico, ya que hay una población sana. Hay que comprender la realidad: ¿Cuántos médicos hay en Barcelona? Probablemente uno en cada esquina, lo que hace que en esta ciudad haya muchos más médicos que en todo Mozambique. Allí la vacunación es una cuestión de vida o muerte, y no hay ninguna duda de que es una intervención muy eficaz. Creo también que hay que pensar en las enfermedades que son muy contagiosas: en algunos países de Europa se ha propagado el sarampión y algunos niños han muerto porque no estaban inmunizados. En este caso, hace falta que la gran mayoría de la población esté cubierta para poder proteger toda la población, porque si no, es peligroso.

P.: ¿Cuál es el futuro de esta alianza?

R.: Tenemos que aunar el esfuerzo público con el privado, porque necesitamos innovación. Por ejemplo innovación en la distribución: estamos implantando un registro de nacimientos electrónicos para tener controladas las vacunaciones de los bebés de las aldeas, y también estamos probando un sistema de distribución mediante drones. Pero también necesitamos innovar en la financiación y en la investigación. Desarrollar una vacuna lleva veinte o treinta años, y hay que ser óptimos y flexibles en la gestión para prepararnos contra las epidemias antes de que sea demasiado tarde.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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