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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Corrupción futbolística

El caso del Eldense indica que los clubs modestos son demasiado vulnerables a la delincuencia deportiva

Nobile Capuani, inversor del Eldense, camino de Comisaría
Nobile Capuani, inversor del Eldense, camino de ComisaríaEFE

El escándalo suscitado por el caso de la Unión Deportiva Eldense, un club de fútbol que cayó en manos de una red organizada para manipular las apuestas deportivas mediante compra de partidos, deja bien claro que el fútbol no es inmune a la corrupción y a las tramas delictivas. Tras las investigaciones iniciadas a raíz de la denuncia de uno de los jugadores del Eldense fueron detenidos el presunto inversor del club, el italiano Nobile Capuani; el entrenador, Filipo Vito di Pierro; el técnico Francisco Ruiz Casares y los jugadores Nico Cháfer y Mayki Fernández. Hay indicios de que la red mafiosa compraba partidos para manipular las apuestas y embolsarse pingües beneficios.

Editoriales anteriores

La lección del escándalo Eldense no es tanto tocar a rebato por la presencia supuesta de la mafia calabresa en clubes modestos, aunque también. Es más inquietante la refexión de que las competiciones futbolísticas en España carecen de mecanismos adecuados de control, intervención y represión de los delitos que pueden florecer en torno a los clubes. A pesar de que sobre el fútbol sobrevuelan organismos varios, todos con dirigentes bien pagados, el hecho es que una red mafiosa puede invadir la estructura de un club modesto sin que nadie se lo impida y, desde allí, amañar partidos y alterar apuestas. Ha tenido que ser uno de ellos quien denunciara la humillación de estar obligado a perder por ocho goles de diferencia en el primer tiempo y por 12 al final para engordar los bolsillos de delincuentes inversores y de los jugadores que vendieron el partido.

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¿Quién se responsabiliza de garantizar la honradez de los accionistas que merodean en torno a los equipos? Porque si no hay garantías de honradez, el fútbol corre peligro de perder capacidad de atracción y el negocio de las apuestas legales (más de 5.000 millones en 2015) puede irse por el desagüe. ¿No existen hoy en el fútbol español las instituciones capaces de erradicar la infiltración de corruptos?

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