Ofensas futbolísticas
Un artículo de opinión en el que se calificaba de 'miserables' a los seguidores del Real Madrid provoca un aluvión de quejas
El fútbol despierta pasiones solo equiparables en intensidad a las políticas. Las crónicas que analizan los partidos de la Liga o de la Champions figuran con frecuencia entre lo más visto del periódico. ¿Qué decir entonces cuando hablamos del encuentro de vuelta de los octavos de final de la Copa de Europa que enfrentó el 8 de marzo al Barcelona con el París Saint-Germain? Un partido que concluyó como saben con el resultado de 6-1 a favor del equipo catalán.
Si han abundado las odas al Barça por su espectacular remontada, también se abrieron paso en las redes sociales y en las tertulias radiofónicas y televisivas las críticas a la actuación del colegiado alemán que arbitró el partido, Deniz Aytekin. De todo eso trataba el artículo La miserable envidia del aficionado, de John Carlin, una de las firmas más conocidas de este periódico, que se publicó el pasado domingo. El titular era toda una andanada contra un aficionado anónimo que en el artículo quedaba inmediatamente identificado como “un sector del madridismo”, o “el aficionado típico del Madrid”, al que se le reprochaba la incapacidad de reconocer el carácter “sublime” de la remontada del Barcelona, por lo que se calificaba a estos madridistas de “miserables” y “cutres”.
“Miserable” es una palabra contundente cuyo primer significado, según el diccionario de la RAE, es: “Ruin o canalla”.
Multitud de lectores, aficionados del Real Madrid la mayoría, me han escrito para protestar por lo que consideran una “ofensa” por parte de Carlin, y subsidiariamente de este periódico que publicó el texto. Francisco Herrera Iglesias es uno de ellos. Este lector de Sant Just Desvern (Barcelona) dice respecto al artículo: “Contiene una serie de afirmaciones injuriosas para el aficionado madridista impropias de una publicación que afirma ser global. Recurrir al insulto (“miserables”, “cutres”) para defender la postura personal del articulista es signo de forofismo y un forofo no debería dar opiniones en un periódico, al menos no en un periódico serio”.
En el texto quedaba claro que el aficionado del titular era el del Real Madrid
Otro lector, Juan Fernández Sánchez, médico en Stuttgart, se refiere también al artículo como “propio de un forofo populista”. Por su parte, Yago León Perdiguero, además de criticar la escala de valores futbolísticos del autor del texto, escribe: “[Lo publicado] es un buen ejemplo de lo que no debería ser un artículo de prensa (…) Se nos tilda de “miserables” a quienes no comulgamos con las ideas de John Carlin”. “Como aficionado madridista me he sentido ofendido por este señor”, señala Luis Felipe Pérez Herrero. En términos parecidos se expresan Antonio Arias y Alejandro Martín Millán, entre otros. “Entiendo que cada diario es libre de fijar su propia línea editorial, pero se cruza una raya cuando, por posicionarse a favor de un equipo determinado, se termina llamando miserables a la afición de su eterno rival”, escribe Álvaro M. Barea Ripoll.
Este periódico otorga la máxima libertad a sus columnistas, cuyas opiniones son exclusivamente suyas, pero todos los textos están sujetos a la supervisión del jefe de Opinión, José Ignacio Torreblanca, al que he planteado las quejas.
“El fútbol es el dominio de las pasiones”, responde Torreblanca. “Eso es lo que lo hace tan atractivo. Y John Carlin, en su pieza, se zambulle a fondo y con plena consciencia en ellas. Cierto que llama miserables y envidiosos a los que no celebraron la victoria del Barça, pero al final de la columna concluye con que no le cabe duda de que si la proeza la hubiera protagonizado el Madrid los aficionados del Barça hubieran reaccionado exactamente igual. Así que pido a los lectores que tomen algo de distancia y se deleiten con la fina ironía y el humor británico de John Carlin”.
También Carlin pide a los lectores que lean su artículo hasta el final, porque en la última frase afirma: “Ahora, claro: si el Madrid hubiera ganado en similares circunstancias la respuesta del otro lado hubiera sido idénticamente mezquina”.
Si las reacciones de los aficionados al fútbol se parecen tanto, razón de más para no dedicar calificativos ofensivos a los de un equipo en concreto, en este caso el Real Madrid.
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