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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cuidado con desear el fin de Europa. Podemos lograrlo

Vivir en un grupo de países como la UE es insoportable. Con lo bien que les va a los de fuera

Jorge Marirrodriga
Manifestación a favor de la Unión Europea ayer en Berlín.
Manifestación a favor de la Unión Europea ayer en Berlín.Sean Gallup (Getty Images)

El pasado mes de octubre hubo un intento de golpe de Estado en Montenegro. Como todo lo balcánico, se trató de un episodio confuso donde lo único claro es la profunda división social que reina en el país. En Podgorica llueven las acusaciones de interferencia rusa apoyando a nacionalistas serbios. Montenegro es un país europeo que no pertenece a la Unión Europea.

Unos 1.900 kilómetros al noreste de allí, la guerra civil ucrania ya ha podido alcanzar la cifra —no oficial— de 50.000 muertos. Además de protagonizar involuntariamente un conflicto que, debidamente salido de madre, puede originar una guerra mundial, el Gobierno de Kiev vive en completo desamparo ante la invasión rusa y la anexión —leáse robo— de la península de Crimea. Ucrania es un país europeo que no pertenece a la Unión Europea.

Volviendo a la península balcánica, la ONU le ha exigido al presidente de Macedonia que respete la Constitución y le encargue formar Gobierno al líder de la oposición que ha conseguido la mayoría necesaria en el Parlamento. El presidente se niega porque, dice, el candidato se dispone a destruir la “soberanía, la integridad territorial y la independencia” del país. El enfrentamiento —también étnico— ya está en las calles incendiando la convivencia. Macedonia es un país europeo que no pertenece a la Unión Europea.

Los funcionarios de Moldavia es mejor que viajen poco. El Gobierno ha emitido una directiva en la que les recomienda no ir a Rusia. ¿El motivo? Según Chisináu —capital moldava, aclaremos—, sus funcionarios son detenidos sistemáticamente en fronteras y aeropuertos rusos, donde son “interrogados, registrados y humillados”. Moscú guarda silencio. Moldavia es un país europeo que no pertenece a la Unión Europea.

En cambio, los parados bielorrusos están de enhorabuena. El presidente, Alexander Lukashenko —en el poder desde hace 23 años—, ha modificado la apodada Ley Contra la Vagancia que multaba a quienes trabajan menos de 183 días al año. Pero la Ley de Actos Multitudinarios, que prohíbe toda reunión o protesta, sigue vigente. Bielorrusia es un país europeo que no pertenece a la Unión Europea

Pues sí, va a resultar que esto de la Unión Europea es un mastodonte burocrático que no funciona y que es mejor tirar abajo. Cuanto antes mejor. Es francamente aburrido vivir con un grupo de países donde las cosas se discuten de una manera razonable, que posee unas infraestructuras físicas y sociales como ningún otro territorio del planeta y donde, por ejemplo, millones de nietos de quienes hace 78 años se mataban ahora comparten aulas, copas y, a veces, cama. Todo un fracaso. Naturalmente hay cosas que se hacen mal, como la crisis de los refugiados. Ahí está la Liga Árabe con sus cumbres dedicadas al tema y sus planes de acogida de millones. Y eso que Alemania es rica y los países del Golfo son ¿pobres?

Cuidado con lo que deseamos, no vayamos a conseguirlo.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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