La botella que da luz y otras 19 curiosidades de Namibia
Desiertos, parques nacionales, fauna, tribus y pasteles de manzana. Propuestas para viajar a uno de los países más jóvenes y desconocidos de África.
Acabo de regresar de Namibia, el país más sorprendente del África austral. He estado allí acompañando a un grupo de El País Viajes y pese a que la mayor parte de su territorio es un puro desierto, la belleza de sus paisajes nos enamoró a todos. No dejéis de ir a Namibia en la primera ocasión que se os presente. Mientras tanto, para abrir boca, aquí van 20 curiosidades de un país casi desconocido.
Un parque tan grande como Badajoz
El parque nacional Etosha, la joya de la conservación de la fauna africana en Namibia, es tan grande como la provincia de Badajoz. Sorprende que un lugar de aspecto tan yermo, casi sin árboles, albergue tanta vida: 114 tipos de mamíferos, incluidos todos los grandes depredadores, y más de 350 de aves.
¡No llegues tarde!
El parque nacional Etosha solo tiene tres entradas: Namutoni al este; Okakuejo, al sur; y King Nehale, al oeste. Y solo tres zonas de acampada, dos en las puertas y una –la de Halali- en el centro del parque, que es la más popular. Está prohibido pernoctar en ningún otro lugar fuera de esas tres zonas, que además se abren después del amanecer y se cierran antes del ocaso (lo que impide disfrutar del atardecer en medio de la nada). Quien llega cuando el sol se ha metido se encuentra la puerta de casa cerrada; los rangers le abrirán, pero le impondrán una multa.
El gran desierto blanco
Etosha significa en lengua local “lugar blanco de agua seca”, en referencia a un antiguo fondo lacustre que ocupa casi 5.000 km cuadrados del parque. Este gran desierto blanco y salado es un lugar inhóspito por el que solo los avestruces se aventuran a cruzar; el resto de animales, lo evita.
El mejor parque para ver rinocerontes, antes de que desaparezcan
Etosha es famoso por la gran cantidad de rinocerontes que alberga, sobre todo de rino negro. Es uno de los mejores lugares de África para ver este majestuoso animal. Por desgracia, están despareciendo a marchas forzadas por culpa del furtivismo. Solo este año se han matado más de 80 rinocerontes en Namibia para arrancarles el cuerno.
Un país barato para comer
Una de las cosas más sorprendentes de Namibia es lo barato que resulta comer en los restaurantes. Mientras los hoteles tienen precios estándar para el bolsillo europeo, en un buen restaurante una comida con carne o pescado, buen vino sudafricano y postre no sale por más de 11 o 12 euros.
La costa de los Esqueletos
Namibia es un país desértico. Y uno de sus desiertos más bellos y terroríficos es el de la costa de los Esqueletos, un tramo de 500 kilómetros al norte de Swakopmund donde el viento y la extrema aridez matan todo lo que se acerca, ya sean barcos, ballenas o elefantes. De ahí su nombre. Hay dos puertas de acceso en los que se han de registrar los vehículos al entrar y salir, para mandar equipos de rescate en caso de que alguien sufra una avería o se pierda.
Las cruces del cabo Cross
Cabo Cross es uno de los pocos accidentes geográficos que interrumpen la monótona línea de la costa de los Esqueletos. Lo descubrió el portugués Diego Cao en 1485, mientras exploraba la costa africana. Cao levantó un padrão (cruz de piedra) conmemorando el hecho y reclamando el territorio para Portugal. El padrão original fue descubierto y está ahora en un museo de Kiel (Alemania). En el lugar se levantaron dos cruces que recuerdan aquel hecho histórico.
Un lobo, dos lobos... miles de lobos
Más que las cruces de Cao, lo que llama la atención de este cabo de la costa de los Esqueletos es la gigantesca colonia de lobos marinos que vive en sus rocas. Una de las mayores del mundo. El olor y el ruido son casi insoportables. En diciembre, época de cría, se pueden reunir hasta 100.000 individuos.
Mujeres vestidas de ocre
Los himbas son la tribu más famosa de Namibia y la única que vive aún con sus antiguas costumbres y tradiciones. Las mujeres himba son famosas por su belleza y porque visten solo una pequeña falda de cuero; el resto del torso desnudo lo cubren con una capa de polvo ocre que obtienen de lugares secretos y mágicos, mezclada con grasa de vaca. Ese ungüento les protege del sol y los insectos. Y les confiere el mismo color rojo que la tierra que les da la vida
¿Cómo se lavan los himbas?
En el territorio himba llueve poco y no hay ríos por lo que los himba no se lavan con agua en su vida. Cuando quieren asearse hacen una fogata con grasa de vaca y una mezcla de hierbas aromáticas y se ponen encima de las brasas para ahumarse con ellas.
Alhajas que cuentan mucho
Las mujeres himba van ricamente adornadas con joyas hechas de metal y conchas de cauri (molusco marino). El número de tobilleras indica el número de hijos que tiene. Si es púber, llevará cinturones de plástico. Si ya ha tenido su primera menstruación, los cambiará por otros de metal
Swakopmund: Alemania en África
Namibia es un país para ir a ver naturaleza, más que de turismo urbano. La ciudad más agradable para el viajero es Swakopmund, una antigua población colonial alemana al sur de la costa de los Esqueletos, en la que crees estar en Alemania en vez de en África. Está rodeada de dunas, con una enorme playa, paseo marítimo y gran cantidad de restaurantes, agradables terrazas, tiendas y servicios para el viajero.
Luz con una botella de agua
Cada sociedad soluciona los problemas con los recursos que tiene más a mano. En el primer mundo lo solucionamos todo a base de dinero. En África los resuelven con tiempo y con ingenio. En poblado himba vi este curioso lucernario que iluminaba el interior de la escuela: ¡una botella llena de agua encastrada en el tejado! La luz que reflejaba el culo de la botella en el interior era suficiente para iluminar la estancia, que no tenía otros vanos más que la puerta para mantenerla fresca y alejar el terrible calor que hace fuera.
Cena en Joe’s Beerhouse
El restaurante más famoso de Windhoek, la capital namibia es Joe’s Beerhouse, especializado en carnes tradicionales del país. Se puede probar el cocodrilo, la cebra, el kudu, el orix o el spingbook. Aunque a nosotros nos suene raro, en África son animales de granja o de caza habitual en la dieta local.
La última gasolinera del desierto
Solitaire es la gasolinera más famosa de Namibia. Durante décadas fue la única que existió para aprovisionarse antes de entrar en el temido desierto del Namib (ahora hay otra Sesriem). La gasolinera sigue funcionando y ha decorado los alrededores con chatarra de coches antiguos que se quedaron varados en este remoto lugar del mundo.
El mejor pastel de manzana al sur del Sahara
Pero lo que lleva a los viajeros a parar en Solitaire no es la gasolina. Anexa al surtidor está la pastelería con apfelstrudel (pastel de manzana) más rico de África. La fundo hace 25 años Percy Cross (Moose) McGregor, un namibio blanco que es una leyenda en el país. Moose murió en enero de 2014 , pero sus sucesores mantienen el obrador abierto. Todo el que pasa por aquí (incluidos Angelina Jolie y Brad Pitt) paran a probar su apfelstrudel.
La atestada duna 45
El lugar más famoso y visitado de Namibia es el desierto del Namib, uno de los más antiguos y desolados del mundo. Sus dunas rojas son el icono del país. Aunque tiene 32.000 km cuadrados, se visita solo una pequeña parte en la zona de Sossusvlei, declarado parque nacional. Se autoriza a subir solo a unas determinadas dunas, entre ellas, la famosa Duna 45, donde los turistas van muy temprano para ver salir el sol desde su cumbre (consejo: suele estar petado de gente, mejor irse a otra, donde ves el mismo amanecer pero en soledad)
Vuelo en avioneta, aunque no sea la de Robert Redford
El Namib es fotogénico por los cuatro costados. Pero si queréis una experiencia inolvidable, sobrevolarlo en avioneta al amanecer, cuando el sol incendia aún más el rojo de las dunas. Además, es una juerga barata: un vuelo de 40 minutos en una avioneta de 5 plazas nos costó 400 euros (80 por cabeza). La oficina de la aerolínea está en el Sossuvlei Lodge, junto a la oficina y la tienda del parque nacional, en la entrada de Sossuvlei. Se puede reservar de un día para otro.
Deadvlei
El punto culminante del recorrido por el Namib es Deadvlei (el valle de la muerte). Una laguna seca ocluida por las dunas sobre cuya costra de lodo amarillento despuntan los fantasmas de árboles centenarios, más secos que la mojama por la extrema aridez de la zona. Una visión fantasmagórica y un deleite para los amantes de la fotografía, porque sale una imagen impactante dispares para donde dispares.
La franja de Caprivi
Si miráis un mapa de Namibia veréis que tiene una forma extraña. La esquina superior derecha es un saliente estrecho y absurdo que no parece responder a ningún accidente geográfico. Es la Franja de Caprivi, un corredor que se le dio a Alemania durante el reparto de fronteras en la época colonial para que su colonia África del Sudoeste Alemana (como se llamaba entonces el país) conectara con el río Zambeze y por él tener una vía comercial que saliera al océano Atlántico.
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