Minutos de arquitectura
En la Plaza de Santa Ana, un espacio nuevo de la ciudad, Sara Canalejas y Daniel Montes construyeron el juego de cartas de Charles & Ray Eames.Estas piezas mecanizadas, manipulables fácilmente por una persona, se ensamblan generando infinitos artefactos capaces de transformar la plaza en función de su tamaño y ubicación. Son hitos en una plaza tan fragmentada.
En la Iglesia de Palacio Fernando Abellanas quiso construir una cabaña para evocar la infancia.Trató de introducirse en lugares que a pesar de estar situados en pleno centro de la ciudad consiguen permanecer ocultos a ella.
Para Javier Dulín, la plaza de San Bartolomé es un lugar de paso que ni se habita ni se disfruta. Empleó las teorías de Camilo Sitte y Christopher Alexander sobre patrones de lenguaje -analizando los itinerarios marcados por los ciudadanos y detectando las “parcelas” resultantes para que esto cambie. Construyó un mini teatro para que funcionase en el barro de manera espontánea.
Gabrielle Vinson, Quentin Devoyer y Edwin Toledo convirtieron en un Salón urbano la Plaza del Revellín: muy profunda, poco abierta y abocinada. Buscaron intimidad, potenciar el caracter doméstico de un rincón de la ciudad.
La estructura abovedada, su materialidad pétrea y su forma alargada, casi teatral definen para el estudio MAIO el espacio del Calado. Su intervención buscó enfatizar, todavía más, esas características con luces que bailan para iluminar y ocultar el espacio.