Inauguración de los Juegos Olímpicos, la antorcha olímpica llega a Río

La antorcha olímpica ha llegado por fin a Río. 104 días han tenido que esperar los cariocas para recibirla desde que la llama fuera encendida en Olimpia (Grecia) el pasado abril. Desde entonces, el fuego que simboliza la paz olímpica ha pasado por varios países y ha realizado un minucioso recorrido por el país anfitrión, donde ha visitado 324 ciudades y ha sufrido algún que otro percance. Un velero ha sido el encargado de hacer llegar la llama a la ciudad sede de los Juegos a dos días que estos se inauguren oficialmente.

El original medio de transporte escogido es un homenaje a la vela, el deporte que más medallas le ha dado a Brasil en la historia olímpica. En Niteroi, la ciudad vecina de Río, la antorcha ha embarcado en el Aileen, con el que Brasil conquistó una plata en los Olímpicos de Estocolmo 1912. De ahí ha pasado al Lady Lou para atravesar la Bahía de Guanabara entre Niteroi y Río en un viaje junto a siete regatistas brasileños que han conquistado medallas. De ese velero ha saltado a un bote guiado por doce remeros de la Marina de Guerra de Brasil con el que finalmente ha tocado tierras cariocas.

El alcalde de Río, Eduardo Paes, la ha esperado en la Escuela Naval para ser el primer relevista en portar el fuego por las calles de la sede olímpica. A partir de ahí, otras casi 600 personas deben encargarse de que visite cada barrio y cada icono de la ciudad. No faltarán por supuesto las playas y se espera ver la antorcha incluso a bordo de una tabla de surf. También en los modernos tranvías que se han puesto en marcha para el evento. Aunque cuando más ojos la mirarán será el próximo viernes: ese día entrará en el Estadio de Maracaná para encender el pebetero olímpico y dar así comienzo a los Juegos de la XXXI Olimpiada moderna.