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Los judíos británicos quieren ser portugueses

Desde el triunfo del ‘Brexit’, 300 descendientes de sefardíes han solicitado la nacionalidad lusa

Placa conmemorartiva del asesinato de judíos de 1506 en Lisboa
Placa conmemorartiva del asesinato de judíos de 1506 en LisboaFRANCISCO SECO

Gracias al referéndum británico, algunas comunidades comienzan a apreciar la suerte de vivir en la Unión Europea. Aunque lo digan Trump, Putin, Le Pen y los comunistas de Portugal y España, no se creen que todos nuestros males sean culpa de Bruselas. Si los comunistas-marxistas-leninistas-patriotas-internacionalistas —que todo eso son— portugueses quieren salir de la UE porque, dice su líder, desde entonces el país va fatal (ergo, con el dictador Salazar iba mejor), la comunidad judía de Reino Unido ve la salvación en Portugal.

Desde que el Brexit triunfó, 300 descendientes de sefardíes portugueses han iniciado los trámites para solicitar la nacionalidad portuguesa. El pasado año solo la pidieron cinco sefardíes. En 2015, el Parlamento aprobó una ley para dar la nacionalidad a los sefardíes que acrediten ancestros en el país, sin que haya un plazo límite para su solicitud, a diferencia de la legislación española.

En Reino Unido residen unos 350.000 sefardíes, aunque solo una séptima parte proviene de la península Ibérica. Los portugueses confesos deben aportar pruebas como el apellido, el conocimiento de la lengua o el árbol genealógico para que se les reconozca su histórica portuguesía y viajar con un pasaporte europeo.

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Cuando a todos los efectos Reino Unido salga de la Unión Europea, sus ciudadanos no podrán circular libremente —ni residir ni trabajar—, por los países del tratado de Schengen.

El Brexit también se empieza a notar en un mayor interés británico por la compra de residencias en Lisboa y en la costa portuguesa, una inversión fundamental para conseguir la residencia en el país. En lo que va de año, el Gobierno ha aprobado 800 de los llamados visados gold, los mismos que en todo el año 2015, la mayoría obtenidos gracias a la compra de un inmueble. Con la visa gold, los ciudadanos extracomunitarios pueden circular libremente por Europa; hasta ahora la mayoría de estos visados los solicitaban ciudadanos chinos.

Desde el Brexit, los sefardíes quieren quieren volver a la patria que los desterró hace 500 años. Paradojas de la historia.

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