La enésima transformación de Mickey Rourke
El actor vuelve a recurrir a los retoques estéticos y esta vez también a la peluca
Por muchos retoques estéticos que se haga Mickey Rourke, de 64 años, es difícil no sorprenderse. El actor ha vuelto a recurrir a la cirugía estética y a los tratamientos para lograr un nuevo aspecto. Ha sido en el estreno de The Infiltrator en Nueva York cuando ha mostrado su último cambio al que ha añadido esta vez una peluca.
Mickey Rourke y Kim Basinger alcanzaron la gloria en 1986 con Nueve semanas y media, posiblemente la cinta erótica de Hollywood más vista durante esa década en la que las estrellas se convirtieron en verdaderos mitos sexuales. Han pasado 30 años desde aquella famosa escena en la que Basinger se desnudaba al ritmo de You Can Leave Your Hat On de Joe Cocker. Atrás se quedó el triunfo y la fama de chico rebelde que forjó Rourke en la década de los ochenta.
El actor nominado a un Oscar por El Luchador se convirtió en boxeador profesional y las huellas de las peleas comenzaron a notarse en su rostro. En estos combates sufrió dos fracturas nasales y una de pómulo, lo que le llevó a pasar por el quirófano. La nariz se la operó cinco veces incluso en una de las intervenciones, se le extrajo cartílago de una oreja para reconstruirle la nariz. Ese fue el comienzo de su obsesión con las cirugías estéticas que incluye lifting facial, operación de los párpados y también injerto de pelo.
Su vida también ha sido un sube y baja. Rourke se encerró en una espiral de alcohol tras su último divorcio y malvivió en un apartamento de Los Ángeles. Incluso tuvo que vender su colección de motos para sobrevivir. El actor se divorció de su primera mujer, Debra Feuer, en 1981 y se casó con su compañera de reparto en Orquídea Salvaje, Carré Otis, en 1992, cuya tumultuosa relación —Rourke fue detenido por la policía acusado de violencia machista— acabó en 1998.
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