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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Rigor contra los ‘hooligans’

Las fuerzas de seguridad y la UEFA tienen que asegurar que la violencia de los hinchas será erradicada de la Eurocopa

Un policía atiende a un seguidor británico herido tras el partido Inglaterra-Rusia
Un policía atiende a un seguidor británico herido tras el partido Inglaterra-RusiaEFE

Los episodios de violencia brutal en torno a los partidos de la Eurocopa de Francia llevan al convencimiento de que la represión de los actos violentos no puede concederse un solo momento de respiro; se tiene que aplicar de forma sistemática y radical. En el partido entre Inglaterra y Rusia los seguidores de ambos países tuvieron un enfrentamiento que provocó 35 heridos, uno de ellos muy grave; y en la plaza de Lille hinchas alemanes enfurecidos agredieron a seguidores ucranios, con un balance significativo de heridos. Dos lecciones que conviene analizar.

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Estos brotes de violencia aparecen, paradójicamente, en una competición que, por celebrarse en un país amenazado por el terrorismo yihadista, se había fortificado con minuciosas y agobiantes medidas de seguridad. Ha bastado que el origen de la violencia no proceda del exterior, sino del interior, es decir, de grupos de hooligans, para que la protección y la tranquilidad del torneo hayan quedado arruinadas.

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Es evidente que las autoridades francesas descuidaron el riesgo potencial de hinchadas agresivas; que algunas disposiciones, como rodear los estadios con redes de seguridad o prohibir la venta de alcohol, se han adoptado con retraso; y que la cooordinación entre las fuerzas de seguridad francesas y la UEFA ha sido deficiente. Solo así se explica que entre los hinchas rusos se hayan infiltrado expertos en tácticas de combate (150, según la policía gala), auténticos comandos cuyo propósito es desplegar la violencia extrema. Es un salto cualitativo en el ámbito de las bandas futbolísticas que debió haberse previsto.

Todos están advertidos. No caben más errores ni tolerancia. Resulta crucial que la seguridad se ajuste a la nueva situación y que la UEFA aplique la regla de que las federaciones son responsables de sus seguidores. Si la UEFA advirtió de que expulsaría a Rusia e Inglaterra del torneo en caso de que se repitieran los disturbios, tendrá que hacer efectiva la amenaza la próxima vez.

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