La lucha animalista conquista Madrid

Últimamente parece que, además de preocupaciones sentimentales, económicas o laborales, hay que cultivar algún afán extra. Para estar al día y mostrar al mundo nuestra sensibilidad, se hace necesario militar en alguna causa. Un individuo involucrado es una persona guay, ya sea cooperante, recoja setas en grupo o acampe para protestar contra la injusticia. Pues no. El activismo y la militancia, antaño reservados a minorías, hoy son necesarias, accesibles y urgentes. Muy urgentes.

Sorprendentemente, los animalistas se perciben como unos flipaos, unos raros que se apuntan a una tendencia ecológica. Ruth Toledano, activista por la defensa de los derechos de los animales, lo explica así: "A veces, a los cambios se les llama moda. En este caso es algo que va viniendo poco a poco y ahora se ha hecho visible. No es casualidad que se sumen marcas o personajes públicos". Toledano es una de las creadoras de Capital Animal, una iniciativa que aúna arte, cultura y pensamiento desde un prisma animalista, y que organiza de abril a junio Capital Animal 2016 en Madrid. Esta convocatoria pionera es un mastodóntico evento en el que participan casi un centenar de artistas como El Roto, Pierre Gonnord, Ouka Leele o Enrique Marty. El grueso del contenido tendrá lugar en La Casa Encendida e incluye talleres, charlas, conciertos, exposiciones y una jartá de actividades que se vertebran por vez primera desde la lucha por los derechos animales. Por vez primera, sí. "El mundo del arte y la cultura, en un sentido institucional, se estaba quedando atrás", explica Toledano. "Por eso supone un hito que instituciones artísticas se sumen a esta plataforma”.

A la iniciativa de Capital Animal se han unido actrices y actores, artistas, periodistas, fotógrafos o diseñadores como Heridadegato, que preparan un taller para Capital Animal con alternativas a los tejidos de procedencia animal. María y Jacobo, responsables de la firma, viven convencidos de su militancia. María lo explica así: "Me di cuenta de que no bastaba con dejar de comer animales muertos; la esclavitud animal llegaba también a los productos lácteos y otros derivados animales".

Niño de Elche, inclasificable artista de 'flamenco protesta', también participa en Capital Animal, con un concierto el 18 de mayo en el Museo Reina Sofía. Él entiende la conciencia animalista como un proceso natural: "Yo como carne de vez en cuando, pero he bajado el consumo porque es un proceso de compromiso. Vivimos dentro de la esquizofrenia del capitalismo y el liberalismo. Los activistas del derecho animal son los 'Miguel Hernández' de nuestro tiempo: son saboteados y vilipendiados. Y, cuando se juntan unos pocos, consiguen hacernos pensar en qué es ser un animal en el orden jerárquico social”.

En efecto, se están tejiendo redes muy interesantes en España, el país de los toros, desde la cultura. Rafa Doctor –gestor cultural y otro de los fundadores de Capital Animal– explica, por ejemplo, la lectura que se ha hecho de las pinturas de tauromaquia de Francisco de Goya: "Los intereses económicos y de clase se han hecho siempre con el arte y sus interpretaciones. Goya plasmó el horror de la tauromaquia con toda su carga crítica, pero siempre se ha traducido desde un prisma interesado. Este año se cumple el 200 aniversario de una de sus series antitaurinas, así que vamos a exponer su obra y reflexionar al res- pecto en la muestra Otras tauromaquias". Y es que otro animalismo es posible.