_
_
_
_

Las renovables luchan contra el escepticismo checo

La producción de biomasa y las estaciones de biogás se abren paso poco a poco

Vacas en el parque eólico de Suwałki (Polonia).
Vacas en el parque eólico de Suwałki (Polonia).SCA Svenska Cellulosa Aktiebolaget
Más información
Paneles solares: luz para miles de latinoamericanos
El pasado pesa sobre el futuro de la energía

El giro hacia el biogás y otras prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente de acuerdo con el nuevo Programa de Desarrollo Rural (PDR) puede ser difícil para la República Checa. Allí las energías renovables, a pesar de desempeñar un papel fundamental en las políticas energéticas y climáticas de la Unión Europea, se enfrentan a un escepticismo generalizado.

El nuevo PDR fomenta la eficiencia de los recursos y ayuda a virar hacia una economía resiliente al cambio climático y con bajas emisiones de carbono en la agricultura, pero en este país centroeuropeo tendrá que lidiar con la floja reputación de las renovables. Esta mala imagen se debe principalmente a los planes de ayuda excesivamente generosos de los que se beneficiaron las grandes explotaciones fotovoltaicas a finales de la pasada década.

La ayuda se redujo drásticamente –demasiado drásticamente, según muchos inversores en el negocio fotovoltaico– en 2011 y se limitó aún más en los años siguientes. Aun así, se culpó a las renovables de los elevados precios de la electricidad que, a su vez, hicieron que el excesivo entusiasmo de muchos políticis por estas fuentes de energía se volviese contra ellos.

En consonancia con este escepticismo, el Parlamento nacional aprobó en 2013 un proyecto de ley que puso fin definitivamente a la financiación operativa de todas las instalaciones de energías renovables a partir de 2014. Pero ese mismo año el Ministerio de Agricultura inició una revisión de la norma que autorizaba finalmente la financiación operativa de las estaciones de biogás. La decisión se justificó como una ayuda a los agricultores y al desarrollo rural.

“Las industrias agrícola y forestal producen una enorme cantidad de biomasa que no se utiliza”

Estas estaciones de biogás se añaden a menudo a las explotaciones existentes porque utilizan plantas biodegradables locales o residuos animales para producir electricidad o calefacción. Por eso se esperaba que las nuevas estaciones también recibiesen financiación del Programa de Desarrollo Rural de la UE para el periodo 2014-2020. A diferencia de la financiación operativa descrita anteriormente, se esperaba que los fondos comunitarios fomentasen la inversión en nuevas plantas.

“Las industrias agrícola y forestal producen una enorme cantidad de biomasa que no se utiliza”, afirmaba Hynek Jordán, portavoz ministerial. “Consideramos que el aprovechamiento del potencial de las fuentes de energía renovable, especialmente la biomasa, constituye un enorme desafío para este periodo”, declaraba a EurActiv.cz. Según el ministerio, las nuevas instalaciones de biogás deberían ayudar a procesar el estiércol y el abono para producir energía. Pero la transición será lenta.

“Es cierto que el objetivo del Programa de Desarrollo Rural es favorecer la eficiencia energética y la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono en la agricultura, en la industria alimentaria y en la industria forestal”, señalaba Jakub Heidelberk, un asesor de proyectos de Cyrrus Advisory. “No obstante, de la asignación total de 3.100 millones de euros, solo se ha reservado aproximadamente un 3,8%” para la biomasa", señalaba.

Aunque la primera convocatoria de propuestas para financiar la producción de biomasa sólida se convocó a principios de febrero, todavía no se ha convocado nada parecido para financiar las estaciones de biogás. Heidelberk cree que podría suceder en mayo, pero desconoce qué interés real podrían tener los agricultores y otros promotores de proyectos.

“Logramos combinar la protección del medio ambiente con la rentabilidad económica”

“Por ahora, no vemos que haya muchos promotores interesados en invertir en energía procedente de fuentes renovables. Nuestros clientes tampoco muestran un gran interés, y no hay consultas previas”, subrayaba el asesor. Algunas fuentes del sector explican que los posibles promotores podrían estar esperando actualmente el veredicto de la Comisión Europea sobre el plan de ayuda checo que debería garantizar la financiación operativa de las nuevas estaciones. Se espera que la Comisión notifique si el plan se ajusta a la normativa de la UE. Por razones evidentes, los promotores de proyectos se mantienen a la espera de ver cuál será el marco económico y si tendrán derecho a recibir inversiones y financiación operativa.

Hsta el momento, el uso del biogás para la producción de electricidad y de calefacción en la República Checa ha sido bastante limitado. Pavel Veselský, director de CETA, una pequeña explotación que usa numerosas tecnologías renovables como los paneles fotovoltaicos o las calderas de biomasa, comentaba a EurActiv que, hace tres años, los habitantes del lugar se quejaron por tener la tecnología de biogás en sus patios traseros e impidieron la construcción de la explotación.

Aunque la actitud de la gente  suele cambiar a lo largo del tiempo, también son frecuentes casos parecidos en los que los vecinos temen la contaminación odorífera o el aumento del tráfico. Pero la biomasa no es solo biogás. El Programa de Desarrollo Rural también pretende fomentar la inversión en determinados lugares para producir biomasa sólida como los pellets y las briquetas, esos conglomerados combustibles. Y ya puede basarse en la experiencia reciente conseguida en los periodos de programación anteriores.

Lukáš Verner, presidente de Ekover, una empresa con sede en el centro de Bohemia, solicitó y obtuvo financiación de la UE en el periodo 2007-2013 para la producción de materiales orgánicos comprimidos hechos a base de plantas. Verner cree que el programa comunitario ayudó a su empresa a crecer. “Nuestros ingresos procedentes de la producción y venta de combustible de biomasa peletizada representan aproximadamente el 40% de nuestros ingresos totales”, comentó a EurActiv. “Logramos combinar nuestro interés natural por la protección medioambiental con la rentabilidad económica de esta actividad”, señalaba el directivo, que añadía que el negocio de la biomasa le ayudó no solo a incrementar sus beneficios, sino también a aumentar su red de socios y de clientes.

Este texto fue publicado originalmente en inglés en la página web de Euractiv.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_