Los renegados del 'skate'
La Kantera, mítico ‘skatepark’ de Vizcaya, resucita en las páginas de un libro sobre los pioneros del monopatín
Las olas también rompen en la pequeña rampa de un garaje. Lo demostró un grupo de jóvenes vascos a finales de los ochenta. Esa generación de skaters que, en 1987, logró que se construyera el skatepark de Arrigunaga (Algorta, Vizcaya), conocido como La Kantera por sus bloques de cemento y su aspecto de yacimiento de piedra.
Un reducto de libertad cuya vida recoge un insólito libro de fotografía, La Kantera 1987-2015, a través de centenares de fotografías recopiladas en un hercúleo trabajo de documentación y selección de tres skaters: el creativo Jon Amiano, el ilustrador Fernando Elvira y el rider profesional Javier Mendizabal. Este gigante álbum familiar viaja directo a un limbo de amistad, viento y asfalto. La Kantera, recuerdan Amiano y Mendizabal, “forjó a una generación insólita de patinadores, un grupo salvaje en su forma de entender el skate y su espíritu renegado”. El volumen (una autoedición en castellano e inglés patrocinada por Converse) es imagen y verbo.
Muchos de los protagonistas de La Kantera recuerdan cómo llegaron hasta allí aquellos chicos y chicas que se partieron la cara practicando sus primeros ollies en cualquier rampa. Rememoran las noches de verano, las revistas extranjeras, los trucos que copiaban de las fotos, los saltos raros que repetían hasta reventar. Poco importaban las caídas y la sangre. Como dice el legendario Txus Don Jamón Domínguez, “las cuestas eran olas, el asfalto era el mar, surfers de asfalto, skatesurf. El asfalto se puede surfear, joder que sí!”.
Algunas de las páginas del libro La Kantera 1987-2015:
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