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Biotecnología, el debate queda abierto

Medio millar de expertos se han reunido en Roma para tratar uno de los temas más polémicos: el uso de estas técnicas en la producción de alimentos

Plantación de tabaco en un invernadero de biotecnología en Carolina del Norte ( EEUU).
Plantación de tabaco en un invernadero de biotecnología en Carolina del Norte ( EEUU).AP

Las conclusiones, pocas. El tema de por sí, muy delicado: se trata nada menos que de utilizar células vivas o sus derivados a lo largo del proceso de producción de alimentos. Biotecnología agrícola se llama. La sede de Roma de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha acogido estos días el encuentro internacional de expertos más importante hasta la fecha sobre este campo. Representantes de todo color se veía pululando por salas y pasillos. Mucho informe y material informativo sobre la mesa. Y muchas discusiones. Pero el debate quedó abierto.

A lo largo del simposio han brotado polémicas diversas. La primera, la presencia de supuestos intereses comerciales. El movimiento La Vía Campesina —asociación de cerca de 200 millones de agricultores rurales y de pequeña escala— y otras organizaciones ecologistas se quejaron de que al organizar el evento, la FAO había sucumbido a los intereses comerciales de las grandes corporaciones. Desde esta organización han rechazado las acusaciones e insistido en el carácter neutral de la cumbre y en el  "equilibrio entre la sociedad civil y la representación del sector privado" en las sesiones.

Madera, camarones o yuca

El debate sobre la pertinencia (y las condiciones) de su aplicación está más que abierto, pero en el simposio se han presentado distintos casos de éxito en el uso de técnicas biotecnológicas.

Por ejemplo, en Malasia han conseguido clonar de forma masiva las semillas de madera de teca de alta calidad. Se trata de una madera tropical que se utiliza de forma masiva en Asia, América del Sur y Central y de África. Tanto que en ocasiones, las plantaciones no son suficientes para satisfacer la demanda. Científicos de la Fundación Grupo Sabah desarrollaron en Malasia una técnica de micropropagación para hacer crecer cultivos de tejidos vegetales e impulsar el crecimiento de árboles de teca de la más alta calidad. Estos más crecen rápidamente, con un tronco recto y fuerte. Al clonar los árboles de mayor calidad, consiguieron mejorar el comercio de madera.

También se ha expuesto que la biología celular puede mejorar el rendimiento del cultivo de yuca en Nigeria, desde las 14 toneladas por hectárea hasta las 25 toneladas. Científicos del Instituto Nacional de Investigación de Cultivos de Raíz de Nigeria han trabajado en una nueva variedad de yuca —uno de los alimentos básicos en el África subsahariana— tolerante a la sequía.

La pesca de camarones también se ha beneficiado. Los agricultores locales de India cuentan desde 2002 con una técnica para detectar alteraciones en el ADN de estos crustáceos. Los productores de camarón del país asiático han logrado así controlar las enfermedades y gestionar mejor su pesca. Con ello, también crecieron sus ingresos, porque, según se ha expuesto, obtuvieron una mayor rentabilidad de sus inversiones y menores costes de producción.

La biotecnología fue un aliado importante para terminar con la peste bovina, enfermedad que ha provocado grandes hambrunas a lo largo de la historia. Se consiguió desarrollar en un laboratorio el virus que la causaba y, a partir de él, crear la vacuna contra la enfermedad.

Otro de los puntos conflictivos: los derechos de propiedad intelectual. Como afirmó la presidenta del simposio, la académica Louise Fresco: "Es necesario alcanzar un equilibrio para respetar los derechos de las empresas que desarrollan las investigaciones y al mismo tiempo asegurarse de que los consumidores más pobres y los pequeños agricultores no terminen siendo víctimas". El director general de la FAO, José Graziano da Silva, ha admitido que las preocupaciones en este aspecto son legítimas, y ha dicho que toman buena nota de ellas en la FAO. El uso de la biotecnología, ha dicho, puede beneficiar a los productores a pequeña escala.

Pero para Da Silva lo más importante es que se ha abordado a fondo un tema sensible, con divergencias incluidas, y se ha establecido un "diálogo sincero y abierto entre diferentes partes". Citó que estas incluyen a la sociedad civil, el sector privado, instituciones académicas y expertos. "Hemos abierto la puerta de la FAO a muchas críticas. Es el precio que pagamos por entrar en un debate sobre cuestiones para las que no existe un consenso", ha señalado. De hecho, una de las discusiones nace del propio concepto de biotecnología. La organización se ha esforzado en dejar claro que el objeto a tratar no se reduce a los alimentos modificados genéticamente —o transgénicos — sino que incluye otras técnicas y procesos como biofertilizantes, producción de vacunas o biopesticidas.

Pese a todo, Da Silva ha asegurado que la FAO no se va a amedrentar "ante ninguna cuestión que sea pertinente en el marco de nuestro mandato de poner fin al hambre, mejorar la nutrición y promover un cambio hacia un desarrollo agrícola más sostenible".

Una reunión de este tipo es el primer paso para que se tomen decisiones y alcancen consensos futuros. "Queremos utilizar el conocimiento y el diálogo para saber si tenemos que avanzar en determinados cambios y en qué dirección hacerlo. No existe una herramienta ni un enfoque único que resulte ser una panacea para todos los problemas a los que nos enfrentamos", ha añadido. Lo importante para él es que ha quedado abierta la puerta para el desarrollo de nuevas tecnologías que puedan hacer que el sector agrícola sea "más sostenible" en los próximos años. Algo que no es fácil, reconoció.

Otro apunte es que además de para luchar contra la desnutrición, que sufren 793 millones de personas, la aplicación de biotecnología también puede tener beneficios en el ámbito de la medicina. La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA) ha señalado que trabaja actualmente con una bacteria que puede llegar a eliminar las larvas del mosquito Aedes aegypti, transmisor de virus como el zika.

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