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Telema: Cuando la República Democrática del Congo se levantó

Cuando el presidente Kabila intentó prolongar su hegemonía, la sociedad empezó a utilizar los medios digitales para protestar y construir un futuro democrático y participativo

Carlos Bajo Erro
@SaveTheCongo

Telema fue la chispa en torno a la que jóvenes con perfiles muy diferentes se reunieron para avivar la llama. La hoguera arrojó luz sobre la posibilidad de utilizar los medios digitales para protestar y construir un futuro democrático y participativo, también en la República Democrática del Congo. Después, las ascuas de esta movilización se han utilizado para encender las antorchas de reivindicaciones diversas y concretas, pero incluso estos colectivos reconocen que Telema abrió el camino.

En enero de 2015, el presidente congolés Joseph Kabila inició los movimientos de reforma de la ley electoral para prolongar en el tiempo su hegemonía. La reacción de la población fue mucho más airada de lo previsto. Organizaciones de la sociedad civil, opositores y estudiantes se encontraron en la calle y las manifestaciones adquirieron dimensiones desconocidas durante los 14 años de gobierno de Kabila. Durante días, la capital se paralizó por las movilizaciones ciudadanas que primero exigieron la retirada de las reformas y acabaron pidiendo la marcha del presidente.

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En paralelo, las redes sociales se empezaron a hacer eco de esta ola reivindicativa con un hashtag que tuvo la capacidad de aglutinar todas estas sensibilidades: #Telema, que significa levantarse en lingala. Igual que en las calles, en los medios sociales, la ola también fue creciendo. La represión de las protestas desplazó a muchos ciudadanos disconformes a la contestación digital. Cuando la señal de internet comenzó a sufrir algunas sospechosas interferencias, tuitear se convirtió en un acto épico y dio a los usuarios la sensación de estar molestando al poder.

En un primer momento fue sólo una canal. Periodistas independientes, algunos entusiastas de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y miembros de organizaciones de la sociedad civil intentaban dar una nueva dimensión a sus inquietudes.

En el subconsciente de todos esos usuarios se imponía el recuerdo de los hechos de Burkina, donde bajo el hashtag #Lwili se dio apoyo en las redes a las protestas populares que acabaron con el poder de Blaise Compaoré.

Cuando las manifestaciones se extendieron a otras ciudades del país, #Telema se convirtió en el cordón umbilical que unía a los que reivindicaban, por ejemplo, en Kinshasa y en Goma, la capital de la región del Kivu Norte, donde la sociedad civil es también muy activa. Twitter estaba superando uno de los problemas del país: la desconexión entre las ciudades separadas por las distancias de un territorio de enormes dimensiones y con unas infraestructuras muy limitadas.

Así fue cómo un hashtag fue capaz de unificar las inquietudes de colectivos descontentos en todo el país y se convirtió en un símbolo de las protestas. A partir de esta experiencia unificadora surgieron otros movimientos más locales como Filimbi, en Kinshasa, y otros intensificaron sus actividades en las redes como el caso de Lucha, un movimiento de Goma. Telema fue el ejemplo, para algunos secores de la sociedad civil congolesa, de que la tranformación pasaba por la reivindicación en las calles acompañada de una movilización en el entorno digital.

República Democrática del Congo, en datos

Población: 74,8 millones

Media de edad: 18,1 años

Nivel de escolarización (de menores de 15 años): 63,8%

Población por debajo del umbral de la pobreza: 63%

Líneas de teléfonos móviles por cada 100 habitantes: 53,49

Usuarios de internet: 3%

Usuarios de Facebook: 1,9 millones

Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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