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Las rastas huelen mal: ¿verdadero o falso? Toda la verdad del polémico peinado

Se habla mucho de ellas pero pocos saben cómo son. Desmentimos y confirmamos teorías del 'look' que se ha metido hasta en el Congreso

Las rastas han llegado a la pasarela y al congreso: un modelo desfilando en la Semana de la Moda de Nueva York y el político de Podemos Alberto Rodríguez.
Las rastas han llegado a la pasarela y al congreso: un modelo desfilando en la Semana de la Moda de Nueva York y el político de Podemos Alberto Rodríguez.

Uno oye todo tipo de cosas sobre las rastas, y desafortunadamente muchos de los mitos son falsos. Lo que sí es cierto es que sin ser un estilismo capilar en boga —en realidad nunca ha sido una tendencia mayoritaria—, resiste bien el paso del tiempo: desde su advenimiento hace 50 años, estos tirabuzones apelmazados siguen dejándose ver. Vinculados en sus inicios a la música reggae y su estilo de vida, pueden admirarse en todo tipo de individuos y en cualquier contexto, incluido, en la actualidad, el Congreso de los Diputados, gracias al diputado de Podemos Alberto Rodríguez. Quizá su origen las ha dotado de una mala fama que de la mano de expertos estamos dispuestos a desmentir o confirmar. ¿Verdadero o falso?

Huelen mal: ¿verdadero o falso?

Depende. Si no se cuidan como es debido, es probable que la gente arrugue la nariz a su paso. “Es aconsejable secarlas muy bien”, indica Roland Poyatos, propietario del Roland Salón, en Malasaña (Madrid). “Al tratarse de un pelo que está muy compacto, si no se seca bien se crea humedad en el interior de la rasta y eso hace que se descomponga y que huela mal, algo bastante común. Pero si se mantiene una higiene normal y constante se puede evitar”.

No hay que lavarlas: ¿verdadero o falso?

Falso. Uno o dos lavados semanales es lo que recomienda Maca Robledo, responsable del centro Rastas Natura (Madrid): “Es suficiente para llevar las rastas limpias. Cuanto menos machaques la zona de la raíz al enjabonarte, mejor. Vale cualquier champú, siempre que no tenga suavizante ni acondicionador. La función del suavizante es desenredar: si te echas ese producto en las rastas no se te van a desenredar pero se te van a quedar muy blanditas y se pueden despeluchar”. Lavados muy frecuentes acortan la vida de la trenza: “El pelo del interior de la rasta se va pudriendo”, apunta Roland.

'Rasta' no es un peinado: ¿verdadero o falso?

Verdadero. A mediados de los sesenta, los dreadlocks (su nombre real) se convirtieron en seña de identidad de los rastafaris, minoría pseudorreligiosa de Jamaica que reconocía en el rey de Etiopía Haile Selassie I, apodado Ras Tafari (1892-1975; Ras es sinónimo de Duque y Tafari era su nombre de nacimiento), al enviado de Dios. Bob Marley se hizo rastafari, se puso dreadlocks y expandió esa estética por el mundo. El gracejo hispano tradujo rápidamente el impronunciable dreadlocks en el cómodo rastas, confundiendo el peinado con la persona. Por tanto, para evitar situaciones embarazosas, si vas a Jamaica procura no decir: “Quiero ponerme rastas en la cabeza”.

Johnny Depp, y sus largas rastas, interpretando a Jack Sparrow en 'Piratas del Caribe'.
Johnny Depp, y sus largas rastas, interpretando a Jack Sparrow en 'Piratas del Caribe'.

Hacerlas es un proceso largo: ¿verdadero o falso?

Verdadero. Mejor no vayas con prisa. “Básicamente se realizan cardando mechón a mechón, que después se compactan con una aguja de ganchillo”, explica el director de Roland Salón. “Son muchas horas de trabajo. Requiere dividir la cabeza en mechones, ir raspándolos uno a uno… Un trabajo de una mañana entera”. La duración también depende de la longitud de nuestro pelo. Y si queremos esculpir las rastas con cabello propio, mejor que esté muy largo. “Lógicamente al cardarlo, el pelo se va encogiendo. El resultado de la rasta es mucho más corto que el pelo cuando está suelto”, añade Roland.

Si tengo el pelo corto no puedo llevarlas: ¿verdadero o falso?

Falso. “Hay rastas naturales, que se hacen con el propio pelo, y hay extensiones. Dentro de estas, están las que se hacen con pelo sintético y las que se hacen con pelo natural. Las sintéticas te duran de tres a seis meses y luego hay que cambiarlas o quitarlas. Yo recomiendo siempre el propio pelo. Lo habitual es que sean rastas naturales, pero quienes son más impacientes, que quieren tener rastas y tienen el pelo corto, piden extensiones”, comenta Maca Robledo, de Rastas Natura. Hablemos de precios. Hacerse la cabeza completa con rastas naturales, entre 70 y 180 euros (si llegan hasta el cuello o hasta la cintura, y si pelo rizado o liso). Poner extensiones, entre 135 y 260 (aunque algunas peluquerías permiten que el cliente lleve las extensiones, lo cual lo abarata).

Son comodísimas. ¡Olvídate de peinarte!: ¿verdadero o falso?

Falso. Es innegable que no vas a pasarte el peine mientras luzcas estos tirabuzones. Pero si quieres que tengan buen aspecto, requieren de unos cuidados tan exigentes que contradicen cualquier idea de “comodidad”. “No vale eso de: ‘Me hago una rasta y ya no me peino nunca más”, dice Roland Poyatos. “Eso no es así. Si no las mantienes se pueden juntar entre sí y formar una pelota. Lo más conveniente es realizar un mantenimiento para que las rastas que se van deshaciendo volver a compactarlas e ir definiéndolas: que estén uniformes, que no tengan bultos. Es un mantenimiento mensual que debe hacerse en la peluquería”. Por otra parte, el pelo, cuando crece, nace liso. “Debes enrastar la raíz para seguir manteniendo el peinado”, advierte Maca Robledo. De este modo pueden durar años. Los arreglos salen entre 30 y 60 euros, la cabeza completa. También se pueden arreglar rastas sueltas, en caso de que una o dos estén mal, desde 3 euros/unidad.

No pesan nada: ¿verdadero o falso?

Falso. “Sí que pesan”, reconoce la especialista de Rastas Natura. Y lo dice por experiencia propia. “Yo llevé rastas durante diez años, larguísimas, por debajo del trasero. Y cuando me las quité, dije: ‘¡Madre mía!’. No era consciente del peso que llevaba en la cabeza, porque no lo notas. Pero sí que lo notas cuando te lo quitas”.

Son un nido de piojos: ¿verdadero o falso?

Falso. Estos aviesos inquilinos prefieren para instalarse cabelleras aseadas, acogedoras… como las de los niños. “Es más fácil que una persona sin rastas coja piojos que una persona que las lleva”, zanja Maca Robledo. “Los piojos van al pelo limpio. Con las rastas, aunque te las laves, es normal que no las tengas tan limpias como una persona que se lave el pelo todos los días. Aparte, al tener las raíces abiertas con las rastas, los piojos no encuentran ese calor que buscan. Casos de rastas con piojos ha habido bastante pocos; y si ha habido ha sido porque esas personas han estado en contacto con niños”.

Si te cansas de ellas, hay que rapar: ¿verdadero o falso?

Verdadero. ¡Ay de ti si te acabas de hacer unas bonitas rastas y cuando te miras al espejo no te ves! En tal caso, y si no quieres conformarte, solo te queda recurrir a las tijeras. “La única solución es cortar. Una vez hechas es prácticamente imposible deshacerlas”, asegura Roland. “Si te pones rastas es para estar un tiempo con ellas. Si quisieras desenredarlas, a lo mejor antes de que pase el primer mes consigues hacerlo, pero se te quedaría un aspecto… imagínate: el pelo roto, enredadísimo, o sea, no vale la pena. Si ya llevas tiempo con ellas y te las quieres quitar, lo que recomiendo, para sanear el pelo, es rapar”, añade Maca Robledo.

Solo las llevan los 'perroflautas': ¿verdadero o falso?

Falso. Parte de su desprestigio se debe a que causan furor entre un sector de la sociedad que no goza de todas las simpatías. Pero no siempre es así. “Yo me he encontrado de todo: personas que están trabajando en sanidad, un cocinero, un productor musical, un bombero… Gente de todos los ámbitos. Sí es cierto que la mayoría es joven, estudiantes, que están buscándose a sí mismos con diferentes estilos y también prueban con las rastas, pero no siempre es así”, dice Maca Robledo. Piensa que unas rastas cuidadas tienen su punto y si quieres darte un toque transgresor pueden ser una buena opción.

 

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