_
_
_
_
LA PUNTA DE LA LENGUA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ciudades libres de coches

Algunas locuciones anglicadas necesitan más letras y golpes de voz que su alternativa en español

Álex Grijelmo

Una de las ventajas atribuidas a los anglicismos se basa en su mayor brevedad frente a cualquier alternativa en español. Con ese argumento se defienden barbarismos superfluos que nos evitan el sin duda sobrehumano esfuerzo de pronunciar una o dos sílabas más, algo que puede dejar a la gente exhausta.

Pero al mismo tiempo que algunos de esos breves vocablos desplazan a términos españoles más largos, se sustituyen expresiones comunes del español por locuciones anglicadas que necesitan a su vez más letras y golpes de voz que su alternativa en castellano.

Por ejemplo, “leyenda urbana”. La locución urban legend fue inventada en 1968 por el etnógrafo estadounidense Richard Dorson a fin de distinguir entre las fantasías modernas y los viejos mitos de las sociedades rurales, con sus brujas, fantasmas y héroes(para nosotros las “leyendas” genuinas). Es decir, son leyendas urbanas que Elvis vive o que Walt Disney fue sometido a criogenia.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Nada que oponer a su uso (reflejado en el Diccionario desde 2001); pero el texto y el contexto permiten a menudo que la expresión “leyenda urbana” sea sustituida por la simpática palabra española “bulo”. Más breve y contundente.

En Madrid se decidió restringir el tráfico en el paseo del Prado durante las fechas dominicales, lo que ha llevado a titular por acá y por allá “el Prado, libre de coches los domingos”. Y algunos municipios declaran cada cierto tiempo el “día libre de coches”. Así, las antiguas jornadas “Valencia sin coches”, “Valladolid sin coches” o “Tulaguillas sin coches” se denominarán pronto “Valencia libre de coches”, “Valladolid libre de coches” o “Tulagillas libre de coches”. Ya hay ejemplos.

El texto y el contexto permiten a menudo que la frecuentísima expresión “leyenda urbana” sea sustituida por la simpática palabra española “bulo”

Esa fórmula y las similares “libre de humos”, “libre de gluten” o “libre de grasas” parecen proceder de la discutible traducción de las expresiones en inglés smoke-free, gluten-free, etcétera, que está echando a patadas a locuciones del español como “sin gluten”, “sin humo” o “sin grasas”.

Un ejemplo similar lo aportan las construcciones donde los posesivos sustituyen a los artículos, también bajo el influjo del inglés. El 17 de noviembre, un periodista de radio llegó a decir: “Ricky Rubio se ha lesionado en uno de sus muslos” (o sea: en un muslo). Por tanto, añadimos en consecuencia, Ricky no logró pasar libre de lesiones esta temporada (es decir, un año sin lesionarse).

“Leyenda urbana” en vez de “bulo”; “libre de coches” y no “sin coches”; “en uno de sus muslos” en lugar de “en un muslo”… son locuciones largas y prescindibles. Pero hay quien las repite al mismo tiempo que defiende look, por ejemplo, porque esta voz es más breve que “aspecto”, “imagen” o “apariencia”, tres vocablos que el anglicismo se come.

La cuestión no parece residir, pues, en la medida de las palabras, sino tal vez en la relación afectiva que nos vincula con ellas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_