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Tentaciones
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8 motivos por los que Adele es la anti-estrella del pop perfecta

Con su nuevo disco, la británica sigue demostrando que se puede ser la artista más vendedora de la actualidad sin cumplir las reglas de la industria del entretenimiento

En lo que llevamos de siglo XXI, nadie ha vendido más discos que Adele. Así es, una chica de Tottenham de apariencia normal ha superado en su terreno a otras divas como Beyoncé, Rihanna, Taylor Swift, Katy Perry o Lady Gaga, por no mencionar a unos rivales masculinos que ha dejado a una distancia abismal. Pero los más de 30 millones de copias vendidas de 21 pueden quedarse cortos con la publicación este fin de semana de 25, el nuevo disco de la londinense, que ha llegado precedido de una repercusión en medios reservada solo a los grandes fenómenos.

El álbum, que no estará disponible en plataformas de streaming como Spotify o Apple Music, incide de nuevo en el drama y las relaciones personales, y todo parece indicar que va a desaparecer de los estantes de las tiendas como hacía mucho tiempo que no veíamos. Pero para llegar hasta ahí, Adele apenas ha seguido las pautas habituales que marca la industria, en especial para las artistas femeninas. La mujer de la que siempre podremos saber su edad a través de los títulos de sus discos ha triunfado haciendo, básicamente, lo que le ha dado la gana. Es decir, que la mayor estrella del pop actual es a la vez la mayor anti-estrella. Y lo es por motivos como estos:

No sigue los cánones estéticos del pop

Ni siquiera los kilos que ha perdido la cantante antes de la publicación de 25 se pueden considerar como una concesión. Si Adele decidió ponerse a dieta estricta fue por motivos de salud, pero siempre ha defendido su derecho a tener la imagen que ella quiera, y no la que los cánones de la industria le imponga. “Me gusta verme bien, pero siempre pongo la comodidad por encima de la moda”, declaró en un a ocasión. “No me parece que las chicas delgadas sean atractivas. Prefiero ser feliz y estar sana. Voy antes a comer con mis amigos que al gimnasio”. Por si no quedasen claras sus preferencias, en otro momento resumió a la perfección su postura: “Nunca he querido ser como las modelos de las portadas. Represento a la mayoría de las mujeres y estoy muy orgullosa de ello”.

No explota su sexualidad

Al igual que no ha tenido nunca problemas con su imagen, Adele tampoco ha mostrado ningún interés en participar en la tendencia de otras estrellas del pop que utilizan su cuerpo como objeto de deseo: “Nunca he visto una foto de un tío bueno y he pensado 'tengo que cambiar mi look para poder estar con hombres así. Tampoco para vender más discos. No lo necesito: ya estoy vendiendo discos”. En ese sentido, siempre ha destacado su papel como cantante, no como vendedora de una imagen. “No quiero salir en la portada de Playboy o de Vogue. Soy una cantante: quiero salir en la portada de Rolling Stone o de Q”. Por supuesto, ya ha conseguido ambas cosas.

Es más fácil encontrarla en un pub que en un desfile

Adele nunca ha intentado ocultar sus orígenes de barrio, ni enmascararlos forjándose una imagen sofisticada. “Siempre pienso que estoy en un programa de cámara oculta, y que de repente alguien me va a mandar de vuelta a Tottenham”, confesó a la revista Rolling Stone, en una de las entrevistas promocionales de 25. Quizás por eso evita los actos públicos, y siempre se ha mostrado más dispuesta a beber pintas con sus amigos del barrio que asistir a los desfiles de París o Nueva York.

No ha esperado a la treintena para tener hijos

Entre las reglas no escritas de la estrella de pop de manual, existe un apartado especial para los hijos. Tener descendencia, como en otras profesiones, parece algo secundario. Quedarse embarazada antes de los 30 es considerado una práctica de riesgo para la trayectoria de la estrella del pop, tanto por su imagen como por el tiempo que requieren los hijos. La carrera es lo primero. Como con tantas otras cosas, a Adele le ha dado completamente igual, y en 2012 (con 24 años) se supo que esperaba su primer retoño. De toda la nueva generación de divas del pop, solo Beyoncé ha dado el paso, y ya pasada la barrera de los 30.

Le da igual la corrección política

Al igual que no tiene reparos en comentar los aspectos personales que han conformado sus canciones (en especial sobre sus relaciones sentimentales), Adele nunca ha mostrado intención de mostrarse correcta o morderse la lengua. Al contrario. No le importa explicar que era capaz “de beber más que cualquiera” hasta que fue madre (“pero teniendo niños las resacas te matan”, explica) o confesar que no sabía quién era Max Martin, el artífice de numerosos éxitos que ha acabado colaborando en 25. Tampoco le importa que “fuck” y “fucking” sean dos de las palabras que aparecen con mayor frecuencia en su discurso.

No muestra su vida en redes sociales

Nos hemos acostumbrado a ver qué desayunan, cómo se divierten y hasta qué sustancias consumen gran parte del estrellato pop, pero Adele siempre se ha mostrado muy celosa de su intimidad. Intentó mantener en secreto el nombre de su hijo, pero el hecho de tatuárselo la delató, Y tampoco gestiona sus redes sociales, aunque esto quizás no sea completamente culpa suya. Recientemente confesó que su management le ha “confiscado” su cuenta de Twitter después de un episodio en el que tuiteó bajo los efectos del alcohol. Hasta hace unas semanas, tampoco tenía Instagram, y en ella lo más personal que podemos apreciar es una foto de su infancia o de una sesión de maquillaje.

Le gusta reírse de sí misma

Al contrario que otras estrellas, siempre preocupadas por proyectar una imagen perfecta, Adele ha mostrado una sana tendencia a no tomarse demasiado en serio a sí misma e, incluso, a reírse de su personaje. Solo así se entiende que sea capaz de colarse en un concurso de imitadoras de ella misma, haciéndose pasar por una más. O reírse cuando Lionel Richie hace una broma con Hello, el último single de la británica, y la canción de él mismo de igual nombre. No hace falta creerse perfecta para ser una estrella.

No se deja amedrentar por ningún hombre

Adele siempre se ha mostrado con la confianza suficiente para no sentirse intimidada por nadie, ni siquiera por sus ídolos. Por eso recientemente explicó por qué no había visto la luz sus colaboraciones con Damon Albarn. “Me arrepiento de haberme relacionado con él”, explicó a Rolling Stone. El líder de Blur le explicó que la veía “insegura”, algo que ella rechazó completamente. “Soy la persona menos insegura que conozco. Le pregunté por su opinión sobre algunos de mis miedos, por regresar después de tener un hijo, porque sé que él tiene niños... ¿y me llama insegura?”.

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