Bertín Osborne: “Los políticos quieren salir en mi programa”
Canta, actúa en el teatro y presenta un programa de éxito en TVE; además tiene una empresa de alimentación. Se confiesa mentalmente agotado pero dice que tiene que pagar a Montoro
No fue ni en su casa ni en la mía, como ocurre en el programa de televisión en el que triunfa como entrevistador. La cita con Bertín Osborne se fijó en las oficinas de Sony, con quien acaba de publicar su último trabajo, Crooner. Tiene 60 años.
Pregunta. Cuando está arrasando en televisión va y saca un disco y dice que es el trabajo de su vida.
Respuesta. Nunca he encontrado una compañía tan zumbada como para publicar un trabajo con una big band y la mitad en inglés. Pero es lo que siempre he soñado. Es la música que me gusta. La que cantaba con 15 años. Bob Dylan y Frank Sinatra han sido mis dos referentes.
P. Y sale en este momento para aprovechar el tirón de su éxito televisivo.
R. No. En mi vida todo es casualidad. Comencé a grabar el álbum en junio y el programa en septiembre cuando no sabíamos cómo iba a ir.
P. Pese a que usted es cantante los éxitos le llegan por el teatro o por la televisión más que por la música. ¿Le frustra?
R. Fundamentalmente me cansa. Físicamente estoy bien porque hago deporte pero mentalmente estoy agotado. Además de todo esto, los minutos que tengo libres los dedico a mi empresa de alimentación.
P. ¿Cómo surge el programa?
R. La idea no fue mía. La productora vino a buscarme. Les dije que sí pero con condiciones, como que no tuviera un guion establecido, que fuera con amigos, que nos llamáramos de tú y que si estábamos grabando en su casa o en la mía, la vida no se detuviera. Que si llegaba un niño del colegio, por ejemplo, eso no interrumpiera la grabación.
P. No tiene guion pero logra que los personajes le hagan confidencias. ¿Cuál es su truco?
R. En la mayoría de los casos, conozco a los personajes mucho. La clave del programa es el ambiente que envuelve la grabación. La gente se encuentra cómoda y cuenta cosas que a un periodista no contaría. Se relajan.
P. Involucrar a su mujer y a sus niños ¿ a qué se debe?
R. Fui yo el que quería dar la sensación de una casa vivida. Yo no tengo problemas en mostrar a mis hijos y mi mujer es mi mujer, es lógico que esté.
P. ¿Usted es quién escoge a los invitados?
R. No. Yo puedo, eso sí, decir que no me apetece entrevistar a alguien y lo he dicho un par de veces. Uno era un personaje del corazón con morbo y otro alguien con quien tuve un roce.
P. ¿Quién le ha sorprendido más?
R. Pablo Alborán porque no le conocía. Es un tío adorable. Quizá la entrevista más complicada fue la de Adolfo Suárez que trascurre toda en un sofá. A raíz de ella han empezado a llamar todos los políticos para salir.
P. ¿Sabe que se le envidia por sus casas, las que muestra en el programa?
R. Una es alquilada y la otra la tengo en venta. Desde el programa con Los Morancos hay más gente interesada en la finca.
P. ¿Cómo encaja las críticas? Le han llamado hasta facha.
R. Es otra de las muchas gilipolleces que se dicen. En el transcurso de la democracia he votado a cuatro partidos distintos. Si fuera un facha habría apoyado a Fuerza Nueva y luego al PP, pero no ha sido así.
P. Y el próximo 20 de diciembre ¿a quién votará?
R. Votaré a un quinto. A uno de los nuevos partidos. ¿El que sea de una familia conocida y que alguna vez lleve corbata es motivo para que me llamen facha?. Tengo pocos amigos en la política y uno de ellos es Felipe González. Pero también soy íntimo amigo de Albert Rivera. Es un tío joven que no tiene muertos en el armario.
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