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Proyectos africanos para África y el mundo

Un aspecto fundamental del nuevo urbanismo africano pasa por la apropiación de la ciudad por sus habitantes y su implicación en la constante mejora de las urbes donde viven

Ángeles Jurado
Lucy Full Project

Un aspecto fundamental del nuevo urbanismo africano pasa por la apropiación de la ciudad por sus habitantes y su implicación en la constante mejora de las urbes donde viven.

El caso de Lagos, en Nigeria, ilustra un artículo de opinión de Francis Pisani sobre este particular afirmando que la ciudad nigeriana —21 millones de habitantes, séptima megalópolis mundial y la más grande de África con El Cairo— ha mejorado constantemente su gobernanza durante más de una década gracias al trabajo de unos alcaldes que se sitúan sobre el terreno y que buscan la reelección, cierto, pero no a través del clientelismo fácil sino a través de esas mejoras de las vidas de sus vecinos.

“Hay arquitectos que hoy salen de su estudio y trabajan a pie de calle, se relacionan con los usuarios finales de su trabajo en equipos multidisciplinares, realizan un trabajo participativo e inclusivo”, señaló Guillaume Koffi, arquitecto de la firma marfileña Koffi & Diabaté, en el debate de Abiyán de principios de septiembre. “Pero el urbanismo no es una prioridad política, al contrario que las infraestructuras públicas. Y debería serlo”.

Pisani se refirió en su texto a proyectos locales como el apoyo a la agricultura urbana en Windhoek (Namibia), el control de la circulación de Kinshasa a través de robots que ha puesto en marcha un grupo de ingenieras del país o Konza Techno City, una iniciativa del gobierno keniano para dinamizar el panorama tecnológico africano desde Nairobi. También hizo referencia a iniciativas extranjeras que han aterrizado en el continente africano, como la aplicación en Google Maps para que los vecinos de la capital keniana puedan calcular el tiempo que emplearán en recorrer la ciudad en matatu; Lucy, un proyecto de IBM que pretende conectar el análisis de datos con el desarrollo de soluciones comercialmente viables para enfrentarse a muchos de los desafíos de las ciudades africanas; el trabajo de la fundación sueca Mistra con el proyecto Urban Futures o las propuestas urbanísticas chinas tipo Great Wall Apartments.

Francis Kéré, arquitecto burkinés de moda que propugna el retorno al adobe, expresa su visión de la misión del arquitecto en una reciente entrevista en El País Semanal : “Doy poder a la comunidad para que ellos puedan construir sus edificios”. Según Kéré, hay que hacer que la arquitectura sea necesaria. “Involucrar a la gente y abandonar el egocentrismo. Con la gente implicada, los diseños prosperan. El mejor mantenimiento es el entusiasmo. Muchos arquitectos viven en un gueto demasiado irracional. La arquitectura no es un capricho, sino una gran responsabilidad”.

Otro de los arquitectos estrella del momento en el continente africano, David Adjaye, afirma que “gobiernos y sector privado deben aliarse en África para pensar las ciudades, con las verdaderas identidades que integran su naturaleza en el corazón de su desarrollo”. “Deben ser amistosas tanto para los ricos como para los pobres”, sentenció en una entrevista para Le Monde.

Las tesis de Adjaye son compartidas por otros arquitectos en boga en el continente, como el nigeriano Kunlé Adeyemi, conocido por su escuela flotante en forma de pirámide en Makoko, Lagos, o la sudafricana Carine Smuts, que desarrolla desde hace veinte años una eco-arquitectura sostenible en las townships y los pueblos de su país.

“Las smart cities tipo Silicon Valley que se quieren construir aquí son réplicas satélite de la de Estados Unidos”, remachó Sémané Koffi en Abiyán durante los debates de Le Monde, advirtiendo que esa tecnología –quizás- no es tan inteligente para los contextos africanos ni tan apropiada para Kampala o Jartúm. “¿Cuál es el papel de la gente humilde en un proyecto de smart city como Silicon Valley”, se preguntó. “¿Podemos integrar todas las inteligencias incluidas las “marginales” en esa ciudad inteligente? ¿Qué lugar se cede a la creatividad africana?”.

Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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