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¿Dónde están las mujeres de la televisión de EE UU?

Ninguna cadena se ha atrevido a poner a una humorista al frente de un ‘late night show’

Diez hombres trajeados. Son los 10 rostros del humor en la televisión de EE UU. La decena de presentadores de los prestigiosos late night shows que marcan el paso de la cultura televisiva del país cuando los relojes acarician la madrugada. La televisión es mejor que nunca, anunciaba el titular de Vanity Fair sobre el relevo en la programación nocturna tras la marcha de Jon Stewart y David Letterman. La televisión disfrutará de uno de sus mejores momentos, pero la imagen no dice lo mismo para muchos estadounidenses que se preguntaron inmediatamente dónde están las mujeres.

Los dos partidos políticos de EE UU cuentan con mujeres candidatas a la presidencia. Mujeres como Sheryl Sandberg, Marissa Meyer o Indra Nooyi están en los rangos más altos de Facebook, Google y Pepsi. Otras tres mujeres —más que nunca— lideran el ala más liberal del Tribunal Supremo. El avance no tiene igual, sin embargo, en el mundo de la televisión. ¿Por qué ninguna mujer ha presentado un late night show? ¿No hay suficientes candidatas? ¿Amy Poehler? ¿Tina Fey? ¿Sarah Silverman? ¿Ni siquiera Amy Schumer?

La falta de mujeres presentadoras está ligada con la escasez de mujeres guionistas. Poehler y Fey son una excepción. El humorista Bill Maher, por ejemplo, solo trabaja con escritores masculinos. Solo Conan O'Brien había alcanzado el récord de dos escritoras en un equipo que supera la docena.

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Las quejas por la falta de diversidad, tanto delante de la cámara en un late night como en su equipo de guionistas, se repiten cada comienzo de temporada como un disco rayado. En 2010 una escritora de David Letterman sacudió el sector con un ensayo sobre el ambiente hostil en el que había trabajado en su programa. Cinco años después, Vanity Fair describe la ansiedad con la que Stewart y Letterman se marcharon a comienzos del verano y abandonaron a los espectadores, ansiosos por saber “cómo continuar con su vida" y “quién les iba a ayudar a sobrellevar sus días”. La respuesta es la misma: otro humorista con traje y corbata.

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