Lo que oculta la sonrisa de Neymar
EL optimismo que desprende le ha alzado como uno de los deportistas con mayor tirón publicitario. Triunfa en las redes sociales tanto como en el terreno de juego, donde se codea de tú a tú con Messi
Un enjuague bucal. Es el último producto al que Neymar va a prestar su imagen. Lo hace para muchos más, aunque extraña que una marca de colutorio no se hubiese hecho antes con los servicios de la estrella brasileña del FC Barcelona. Porque Neymar es sonrisa. Su aspecto desenfadado y el optimismo que desprende en las redes sociales le ha alzado como uno de los deportistas con mayor tirón publicitario. Según la revista especializada SportsPro es “el deportista más comercializable del mundo”. Mientras disfruta de una vida personal centrada en su familia, promociona los productos que llevan su nombre. Lo hace a través de las nuevas tecnologías para conquistar a la generación de jóvenes instagramers y youtubers a la que pertenece. Mientras, además, está firmando una temporada espectacular en su segundo año en Europa. Tiene ante sí un mes decisivo en el que puede ganarlo todo con el Barça, lo que terminaría de confirmarle como candidato para relevar en el trono del fútbol a Cristiano Ronaldo y Leo Messi, con los que ya compite de tú a tú como icono fuera del césped.
Basta con echar un vistazo a su página web. Cada uno de los goles que ha marcado aparece en las publicaciones de sus cuentas de Twitter, Facebook e Instagram. Pero el apartado de la tienda oficial es el que marca la diferencia. Un auténtico hipermercado virtual en el que se oferta de todo bajo la marca Neymar. Su línea de ropa NRJ, que incluye una colección para niños, fundas para móviles, pegatinas, tazas, cuadernos, y hasta almohadas. Y una serie de productos con el eslogan tudo passa, que el futbolista lleva en el cuello. Un mensaje, el de que “todo pasa”, que decidió tatuarse el verano pasado tras romper con su novia Bruna, y que se ha convertido en la identidad de su imagen. Los expertos en marketing deportivo coinciden: “Neymar vende felicidad”. Transmite éxito basado en la alegría, tanto en los buenos momentos como en los complicados. En el primer tramo de la temporada, el Barça pasó por un mal periodo de juego y resultados. El equipo perdía en el Bernabéu, el Real Madrid se ponía líder en la Liga, y aparecían todo tipo de noticias sobre la falta de entendimiento entre la estrella y su entrenador Luis Enrique. Además los jueces decidían imputar a la directiva del club y a su expresidente por presuntas irregularidades en su fichaje. Pero él seguía publicando fotos en las que aparecía radiante, aunque esa actitud le generó no pocas críticas.
Con 23 años recién cumplidos, Neymar da Silva Santos Junior ha superado trances importantes. De origen humilde (su padre trabajaba en un taller y su madre limpiaba), se crió en Mogi das Cruces, una localidad a unos 45 kilómetros de São Paulo, en una vivienda modesta. Ney empleó el dinero de su primer gran contrato para comprar una casa grande a su familia. A los 18 años su novia de entonces, Carol Dantas, de 17, se quedó embarazada. De profundas creencias religiosas, el joven decidió tener a su hijo Davi Lucca, que hoy tiene 3 años y medio. El pequeño está pasando estos días en Barcelona, y su padre ha subido una foto y un vídeo de ambos vestidos iguales a Instagram, donde el jugador tiene casi 20 millones de seguidores. Desde que terminó su última relación no se le conoce pareja, aunque hace unos días surgían rumores de que podría estar esperando un nuevo hijo tras celebrar un gol chupándose el dedo. Tuvo que explicar el motivo de esa celebración: la futura paternidad de unos amigos. Con el mundo pendiente de cada uno de sus gestos, Neymar no quiere sobresaltos en un momento crucial de su carrera. Su entorno confirma que lleva una vida tranquila, con sus amigos más íntimos y su hermana pequeña Rafaella, de 19 años. Ella le acompaña a numerosos actos, y juntos acudieron a la semana de la moda de São Paulo celebrada a mitades del mes de abril, donde se fotografiaron con la otra celebridad brasileña por excelencia, Gisele Bündchen. La modelo y el futbolista son amigos y compartieron la portada de Vogue antes del Mundial de Brasil.
Es en las redes sociales donde sobresale por encima del resto de astros del balón. Cristiano o Messi tienen menos seguidores que él, y además los cuida y potencia más que ellos. Se hace más selfis, muestra su ropa, sus gustos musicales, sus aficiones, los productos que consume, y su vida personal. Detrás de Neymar hay un equipo formado por más de 60 personas, muchas de ellas dedicadas a la faceta comercial del jugador. Por su edad y el modo en que aborda las nuevas tecnologías los chavales de hoy se identifican con él, y los publicistas lo saben. Fabricantes de coches, marcas tecnológicas, compañías de telefonía móvil, productos de estética, y así hasta 10 patrocinadores que ha ido sumando desde que fichó por el Barcelona y comenzó su proceso de transformación en icono. Además, tiene personas que trabajan en su fundación de ayuda para niños con problemas económicos o familiares, y en la que desarrolla proyectos educativos y deportivos.
Los resultados cada vez son mejores. En enero consiguió un nuevo estatus dentro de Nike, que lanzó unas botas para él, inspiradas en los diamantes que tanto le gustan. Entraba así en el selecto grupo formado por Messi o Cristiano, los únicos que hasta ese momento gozaban de productos personalizados. Según Forbes fue el sexto futbolista mejor pagado de 2014, por detrás de Cristiano, Messi e Ibrahimovic y con apenas diferencia sobre el cuarto y quinto, Bale y Falcao. Ganó 30 millones en un año que no fue bueno para él y el Barça. En un mes puede ser campeón de Liga, Copa y Liga de Campeones. Unos resultados que podrían hacerle escalar puestos en esa lista y proporcionarle su primera candidatura al Balón de Oro. Sería un gran paso en su camino hacia la corona del fútbol mundial para la que Neymar parece destinado, y hacia donde se dirige con su imborrable sonrisa.
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