Maestro no es cualquiera

A través de los medios de comunicación he observado el huracán ocasionado por las conversaciones de WhatsApp mantenidas entre algunos de los maestros del colegio público de Casarrubuelos. No juzgaré aquí el contenido de las mismas, pero pido prudencia a la hora de extender las opiniones sobre estos maestros al resto de los que pertenecemos a la profesión.

Seamos justos: a veces nos vapulean y menosprecian indiscriminadamente. Cualquier suceso extraordinario (como el referido) nos convierte en profesionales, si cabe, aún más vulnerables. Porque somos profesionales, no lo duden. El error (o acierto) está en que, al practicar la pedagogía, en nuestro afán por ser entendidos por todos, no hablamos a las familias de la zona de desarrollo próximo, las reacciones circulares terciarias o la etapa logográfica en el proceso de lectura de sus hijos (¿se sorprenden?, no sólo los ingenieros, abogados y demás estudian en una facultad), sino que traducimos nuestras conclusiones en términos de hábitos, necesidades y técnicas que puedan ayudar a sus hijos. Porque nos preocupan nuestros alumnos, no lo duden. Porque si ustedes están leyendo, comprendiendo, mostrando su acuerdo o desacuerdo conmigo es gracias, en buena medida, a sus maestros. No lo olviden. Maestro no es cualquiera.— Celia González Arteaga.