La pasión de vivir
De forma brutal e inesperada hemos tenido que despedir a Rafael de Cózar. Un incendio ha arrasado su casa, su querida biblioteca, su vida llena de pasión por la heterodoxia, la investigación, el humor, la amistad. Tuve el placer y el honor de conocerlo. Prologó uno de mis libros, me dio clases de doctorado, compartimos café y conferencias. Siempre me pareció una persona diferente, con carisma, cultísimo y campechano, formal y cachondo a la vez, magistral, apasionado, irrepetible. Creo que sin instrucción, sin sensibilidad al arte ni solidaridad y empatía con los demás, nos falta algo muy importante para el rasgo de humanidad. Rafael reunía a la perfección los tres pilares: profesor e investigador, lector incansable, escritor, artista plástico, buena persona. Su mejor epitafio, el de Pérez Reverte sobre su amigo: “Es una de las mejores personas del mundo”. Descanse en paz. José Cenizo Jiménez.