Kendall Jenner, ¿famosa por derecho propio?
La pequeña del clan Kardashian acaba de ser nombrada imagen de Estée Lauder. Su fulgurante carrera como modelo la distancia de su familia
“La primera vez que me puse maquillaje era una niña pequeña. Mi madre me grabó”. El vídeo que anuncia a Kendall Jenner como nueva imagen de Estée Lauder resume a la perfección los motivos que han llevado a la contratación de la hermanastra de Kim Kardashian. Las imágenes caseras de una pequeña Jenner preceden a una serie de escenas que ilustran el making of de la campaña. Mientras, la voz en off de la modelo narra: “Las redes sociales permiten a la gente seguir tu día a día. Por eso tienes que dar tu mejor imagen”. Una vida filmada, tuiteada y comentada diariamente. Así pasó Kendall Jenner de secundaria en un reality a maniquí imprescindible en campañas y pasarelas de renombre. Y así lo muestra Estée Lauder.
Con más de 15 millones de seguidores en Instagram, hace tiempo que esta joven de 19 años se ha ganado un lugar propio en el Olimpo de la celebridad al margen de su más que mediática familia. Hija del medallista olímpico Bruce Jenner y de Kris Jenner, matriarca reconvertida en manager de su prole, Kendall compartía fama con su hermana pequeña Kylie y sus hermanastras Kourtney, Khloé y Kim (fruto del matrimonio de Kris con Robert Kardashian, ex abogado de O.J. Simpson). Su adolescencia ha quedado registrada en el lucrativo reallity Keepin’ up with the Kardashians, del que aún forma parte y que ya va por su novena temporada.
Sin embargo, Kendall ya no quiere ostentar el cargo de famosa televisiva. Pretende, por encima de todo, que se reconozca su labor como top model. Así lo hace saber en cada entrevista que concede. Y a juzgar por los logros de este último año, va por muy bien camino.
Kendall lleva trabajando para una agencia de modelos desde los 14 años. Al principio, su imagen era inseparable de la de su hermana Kylie. Juntas orquestaron una colección de accesorios bautizada con sus nombres y hasta escribieron a cuatro manos una novela de ciencia ficción. Pero el pasado invierno, el diseñador Marc Jacobs provocó el fulgurante ascenso de Kendall en solitario.
En febrero, la modelo cerraba el desfile del diseñador neoyorquino luciendo un top transparente que dejaba su pecho al descubierto. La imagen corrió como la pólvora en Internet. La pasada temporada, no ha habido marca de renombre que no haya requerido sus servicios, asegurándose así una repercusión similar. Meses después de que Kim pusiera patas arriba los prejuicios de la prensa especializada con su controvertida portada para Vogue USA, Kendall protagoniza un editorial para la misma cabecera. La guerra está servida.
Es la nueva modelo de la cultura pop”, contaba el director creativo de Balmain, Olivier Rousteing
“Antes Kim me llamó para decirme ‘Me han invitado a este desfile y quería que lo supieras. ¿Quieres que vaya?’ y le respondí: ‘No’”, contaba Kendall recientemente en la revista Love. Los tabloides especulan con su decisión de despedir a su madre del cargo de manager, con sus ganas de salir del reality show y con un presunto distanciamiento de su famosa familia.
Tal vez su deseo de cortar los lazos fraternales se deba a los rumores que la rodearon durante los últimos desfiles. Al parecer, Kendall sufrió acoso por parte de sus compañeras. “Creen que tiene un tratamiento especial por ser quien es y no les sienta bien”, declaraba una fuente anónima a la revista In Touch. Ante las críticas, la modelo respondió en Instagram con una foto de backstage acompañada de una contundente nota; parafraseando la película Mean Girls, escribió, “No puedes sentarte con nosotras”.
A Kendall le llueve el trabajo. Además del nuevo rostro de Estée Lauder, estará presente en el próximo desfile que Chanel realizará en Saltzburgo junto a su gran competidora mediática, Cara Delevingne. Sin embargo, será difícil desembarazarse de un pasado marcado por las exclusivas, los trapos sucios familiares y la telerrealidad. Más aún cuando ella misma anuncia su nueva campaña con un vídeo en el que se mezclan su infancia, su pasión por el maquillaje y la mano comercial de su propia madre.
“Es la nueva modelo de la cultura pop”, contaba el director creativo de Balmain, Olivier Rousteing, a la revista Vogue. Las firmas más tradicionales se han rendido ante el poder de la celebridad digital. Tal vez lo que menos le interese a Kendall sea desligarse de su apellido, y todo forme parte de un plan para seguir dando que hablar, o lo que es lo mismo, firmando contratos.
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