El negocio de hacer memoria
La autobiografía gana terreno. Las confesiones de Agassi ya son superventas en España. La vida de Sofía Loren y el libro-venganza de Trierweiler sobre Hollande aspiran a serlo
Se suele decir que unas memorias se escriben al final de toda una vida, a modo de gran balance. La actriz italiana Sofía Loren, que acaba de cumplir 80 años, publica ahora las suyas. La autobiografía del barón Thyssen llegó hace unos días a las librerías, 12 años después de la muerte del aristócrata. Pero cada vez son más los personajes públicos que creen que sus peripecias son dignas de ser contadas antes de alcanzar el ecuador de su vida. Es el caso de André Agassi, que decidió escribir su historia pocos años después de retirarse del tenis, en 2006, con 36 años. O de Valérie Trierweiler, de 49 años, expareja de presidente François Hollande, que con su libro no solo se ha llenado los bolsillos, sino que ha demostrado una gran facilidad para la venganza.
“Era un buen momento para mirar atrás”, ha declarado Agassi sobre la idoneidad de publicar Open (Duomo) tras dejar el tenis. Con la ayuda del premio Pulitzer J. R. Moehringer, el estadounidense, que ahora tiene 44 años, construye un relato honesto y personal sobre su experiencia en la alta competición: “Odio el tenis, lo destesto con una oscura y secreta pasión, y siempre lo he detestado”, confiesa. El libro, en el que revela las disputas con su padre, sus romances con famosas y sus coqueteos con las drogas, se ha convertido en un superventas en EE UU, Francia, Italia, Alemania y España (donde acaba de publicarse). En total, 2,5 millones de ejemplares, según datos de la editorial.
“El subgénero de las memorias no genera grandes cifras, pero funciona razonablemente bien”, explica el director del gremio de editores
La escritora Anna Caballé, autora de biografías de referencia sobre Francisco Umbral o Carmen Laforet, explica la razón del éxito de estas memorias: “Agassi no se preocupa de componer su imagen para quedar bien, sino que se sumerge en la historia de su vida porque lo pasó mal y tiene algo que decir sobre el sufrimiento, sobre el deporte profesional y sobre el modo en que halló una salida a su profundo conflicto que, además, resulta ser el de muchos niños prodigio, formados para compensar las frustraciones paternas, o maternas. Durante años viven vidas que no son las suyas”.
Ser sincero en unas memorias es una de las claves para que el libro tenga una buena acogida. Otra: contar intimidades de un personaje público muy conocido. Es el caso del libro de Valérie Trierweiler, Gracias por este momento (Maeva), la historia de una traición escrita tras desvelarse en enero pasado la aventura de Hollande con la actriz Julie Gayet, a la que visitaba furtivamente tras poner en orden los asuntos de Estado en el Elíseo. “Reviento. No puedo entenderlo. Me precipito al baño. Cojo una pequeña bolsa de plástico que contiene somníferos (...) François me ha seguido. (...) Me trago las que puedo. Quiero dormir. No puedo vivir las horas venideras”, explica en el libro, que sale a la venta en España el 21 de octubre. Otra memoria cercana a la política francesa es la de Giovanna Valls, hermana del primer ministro Manuel Valls. Parece razonable pensar que el tirón de su apellido ha sido determinante para que una editorial se anime a publicar la lucha de esta mujer por dejar la heroína.
La novela sigue siendo la principal fuente de ingresos de la industria editorial, sumergida en una dura crisis por el desplome de las ventas, la reducción de los precios, la piratería y el recorte de ayudas para la compra de libros de texto. Pero las autobiografías van aumentando su presencia en la mesa de novedades. “El subgénero de las memorias no genera grandes cifras, pero funciona razonablemente bien”, explica Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España. Según sus datos, el año pasado se publicaron 262 títulos de memorias autobiográficas, un 6% más que en 2013. Entre enero y septiembre de este año han salido a la venta 209 títulos. “Hace tiempo que, por fortuna, el lector español descubrió que la literatura era algo más que novela. Y la literatura de no ficción, y la autobiográfica en concreto, han ido ganando terreno desde la Transición, cuando la libertad de prensa permitió que afloraran voces, temas e historias personales silenciadas durante años”, explica Anna Caballé.
Mathilde Sommeregger, editora de Maeva, afirma que “siempre resulta interesante conocer de primera mano las vivencias de personas muy interesantes y eso genera rentabilidad a largo plazo”. ¿Qué fan de Sofía Loren no estaría interesado en leer cómo la actriz cuenta qué le llevó a conseguir su primer papel, la extraña relación con su padre y cómo Marlon Brando se intentó propasar con ella? Sus memorias acaban de ser publicadas en Italia; en España saldrán en noviembre. También se pueden comprar las autobiografías de los músicos Neil Young, Frank Zappa y Morrisey, que confiesa que la primera relación real que tuvo fue con un hombre y no ocurrió hasta entrado en la treintena.
La lista de nombres españoles es más limitada. Los prejuicios a la hora de contar intimidades y la desconfianza editoral han frenado tradicionalmente el género. Recientemente ha publicado libro el abogado Antonio Garrigues Walker. Doce años después de su muerte, y gracias a las gestiones de su cuarta esposa, Carmen Cervera, Planeta acaba de publicar las memorias de Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, centradas en la relación con su esposa que, según cuenta el libro, le cambió la vida.
En el extremo opuesto están el cantante Justin Bieber, que con 20 años ya ha publicado dos volúmenes contando su vida, o la actriz Lindsay Lohan, que con 28 años ya prepara las suyas.
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