Paso adelante en EE UU
El país avanza en el reconocimiento legal de los matrimonios gais
La decisión del Tribunal Supremo de EE UU de no admitir a trámite los recursos presentados en cinco Estados contra el matrimonio homosexual —lo que supone su legalización de facto— es un gran paso adelante en el reconocimiento legal de una situación normalizada por la sociedad. Y una derrota crucial de los que se escudan en los tribunales para impedir que algunos de sus compatriotas disfruten de los mismos derechos que ellos.
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De esta forma, en 24 —que podrían ser 30 en las próximas semanas— de los 50 Estados norteamericanos dos personas del mismo sexo pueden ya contraer matrimonio, algo que va más allá de los sentimientos o las creencias personales, como en ocasiones se sitúa erróneamente la polémica: se trata del derecho a vivir bajo la cobertura legal que otorga el contrato civil que constituye el matrimonio. No es posible que en una sociedad democrática e igualitaria no todos los ciudadanos adultos tengan derecho a esta opción. La lucha contra la discriminación no admite excepciones.
Hay que felicitarse porque este progresivo cambio en EE UU se produzca, como en otras ocasiones, desde la sociedad a las instituciones y no al revés. Las sucesivas sentencias del Tribunal Supremo normalizan situaciones asumidas en la mayor parte de la sociedad; van por detrás de la opinión pública, pero resuelven los escollos de decisiones legislativas y ejecutivas de los Estados, sometiéndolas a la interpretación constitucional. Es lo que ocurrió con algo que hoy parecería inconcebible —prohibir el matrimonio entre un hombre y una mujer de razas diferentes— y que solo es legal en todo EE UU desde 1967.
Por desgracia, hay aún demasiados lugares del mundo en los que la situación es muy diferente. En 10 países —entre ellos Irán, Qatar y Arabia Saudí— los homosexuales no solo son discriminados sino condenados a muerte. Allí ni siquiera pueden acceder al matrimonio. Simplemente, esperan que no los lapiden o ahorquen.
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