Cinco ideas para un largo futuro

Un chico recorre las calles de Madrid a la carrera. En cada mano lleva una bolsa llena de embases. Pensaba reciclarlos cuando salió de casa, pero el contenedor no estaba en su sitio. Abandonarlos no es una opción, por lo que decide que le acompañarán hasta que pueda deshacerse de ellos como dios manda. Esta es la historia que plantea Rodrigo Sorogoyen (8 citas, Stockholm) en su corto El iluso. "Me gustaba esa idea de pesadilla urbana en la que el protagonista quiere reciclar y no encuentra la manera", comenta el realizador madrileño cuya propuesta sirve de ejemplo para aquellos que quieran presentarse al concurso id·Arte Madrid Recicla.

En su primera edición, el certamen, promovido por la Comunidad de Madrid, pretende utilizar el arte como un arma para concienciar sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. Se puede participar presentado un corto o una instalación que integre el reciclaje en su trama o sus materiales, respectivamente. Los tres ganadores en la versión cinematográfica del concurso recibirán cada uno 2.500 euros y sus obras se distribuirán por diferentes canales de exhibición. Por su parte, los dos elegidos en la categoría de instalaciones ganarán cada uno 3.500 euros destinados a hacer realidad sus propuestas, que se podrán ver en varias ferias de IFEMA.

Sorogoyen será el presidente del jurado encargado de valorar las obras audiovisuales. "Me animé a participar por dos razones. La primera, porque merece la pena apoyar lo que promueve. La segunda, porque me ofrecían la posibilidad de hacer un cortometraje y a mi lo que me gusta es rodar y contar historias", explica el director. El resto del jurado está compuesto por Gonzalo Salazar-Simpson, director de la ECAM (la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid), y Enio Mejía por parte de id·Arte.

Juzgar las propuestas de instalaciones que se presenten será el trabajo de la comisaria Marta Gerveno, la arquitecta Sofía Blanco-Santos y el pintor y diseñador Carlos Macía. Estos dos últimos también presentaron un ejemplo de lo que se espera de los participantes en la pasada edición del festival Mulafest, que se celebró el pasado mes de junio en Madrid. Re-Scape se utilizó como una sala de juegos para niños y un cine. Estaba totalmente construido con materiales reciclados como cartón, plástico, vidrio, ropas trituradas o electrodomésticos viejos.

Los que planeen participar tienen hasta el 31 de octubre para presentar su propuesta. Solo es necesario explotar la creatividad ecológica y seguir el único consejo que Rodrigo Sorogoyen se atreve a ofrecer: "Trabajo, trabajo y más trabajo".