_
_
_
_
_
EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fútbol subterráneo

Una corriente de fraudes, amaños, comisiones y otras sofisticadas fechorías circula por las alcantarillas de este deporte

MARCOS BALFAGÓN

Mientras se construye un relato caramelizado del fútbol con primorosas fruslerías (goles, estrellas, fichajes y copas), por los subterráneos de los estadios discurre una corriente de fraudes (presuntos), amaños (probables), comisiones (evidentes) y otras fechorías más sofisticadas. La Fiscalía Anticorrupción, a instancias del Departamento de Integridad de la Liga Profesional, quiere presentar querella por el amaño del partido Levante-Zaragoza (mayo de 2011) en el que el Zaragoza se libró del descenso después de ganar por 1-2. Sospecha la fiscalía que el Zaragoza, presidido por Agapito Iglesias, ingresó 120.000 euros en las cuentas de diez jugadores, dinero que, después del partido, fue entregado, a modo de soborno, a los jugadores del Levante por dejarse ganar. Recientemente, la Liga de Fútbol Profesional se ha querellado contra un exfutbolista del Xerez, José Vega, también por presunto amaño. No se sabe con certeza cual es la extensión de las prácticas fraudulentas (la Liga y la Federación deberían elaborar un informe al respecto), pero se presume amplia, según se desprende de la facilidad con que la cátedraprofetiza resultados inverosímiles y de los movimientos extraños de las apuestas.

Como suele suceder, lo importante ante cualquier amenaza de corrupción es definir si las instituciones deportivas tienen los recursos necesarios (con la ayuda de los tribunales) para combatir este tipo de situaciones y si están dispuestas a actuar con contundencia y ejemplaridad. La respuesta afirmativa a ambas cuestiones no es tan evidente como parece. En todo caso, la acción de la Fiscalía Anticorrupción, como antes de la Liga en el caso del Girona-Xerez, sugiere que el tiempo de silencio sobre los amaños futbolísticos empieza a agotarse.

El fútbol reclama con urgencia una aclaración de normas y procedimientos. El soborno, los maletines y la manipulación de los partidos para engordar apuestas pueden causar graves daños a la credibilidad de la competición. Pero hay otros problemas previos: el volumen de la deuda, las dificultades para generar ingresos, el poder de los agentes intermediarios y la indeseada connivencia de los clubes con la ingeniería urbanística e inmobiliaria. También reclaman solución.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_