Enrique de Inglaterra y Cressida Bonas ¿segunda oportunidad?
La prensa británica informa de que han sido vistos en el cine, cenando y que ella acudió a palacio para celebrar el cumpleaños de él
Enrique de Inglaterra y Cressida Bonas rompían en abril la relación que le unía desde julio de 2012 pero ya entonces se habló de que más que una separación definitiva se trataba de un periodo de reflexión similar al que su hermano Guillermo se tomó antes de comprometerse con Kate Middleton. Esta teoría cobra fuerza ahora después de que en las últimas horas hayan aparecido en la prensa británica imágenes de la pareja entrando por separado en el mismo cine de Londres para ver la última película de Cameron Diaz y después de que ella fuera vista en la tribuna de los Juegos Invictus aplaudiendo una de las intervenciones de él. Hay más datos: amigos de ambos aseguran que Cressida estuvo en palacio el pasado jueves, fecha en la que Enrique cumplió 30 años.
"Él está decidido a retomar la relación. Se ha dado cuenta de que es la mujer de su vida. Si aquello se rompió fue la presión mediática", han dicho personas del círculo del príncipe a la prensa británica.
Cressida, licenciada en danza por la universidad de Leeds y el conservatorio Balan de Londres, debutó dos meses después de la ruptura con Enrique sobre el escenario. Ella soñaba con probar suerte en las tablas pero las formalidades requeridas por su relación con el príncipe se lo impedían. Tras la separación se ha volcado en su vocación y debutado como actriz profesional en el festival literario Hay-On-Wye.
Eugenia, la hija de Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson, fue quien presentó a la pareja. Su relación se convirtió en algo normal dentro de la familia real británica e incluso fue invitada de la reina Isabel.
También se habló de que Enrique quería anunciar el compromiso pero que Cressida Bonas, de 25 años, prefería esperar un poco antes de dar tan importante paso.
En el verano se relacionó a Enrique con Camilla Thurlow, una escocesa de 25 años con la que ha pasó unos días en el yate de su amigo Beb Goldsmith en Saint Tropez, pero todo parece indicar que solo se trató de un breve romance.
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