_
_
_
_
El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Preservar la cueva del arte

No hay que ocultar el patrimonio de todos, pero sí extremar el cuidado para conservarlo

Los legendarios bisontes, ciervos, jabalíes y caballos de la sala de polícromos de Altamira permanecieron 12 años sin recibir visitas, expuestos solo a los ojos de un muy reducido grupo de científicos que velaban por su salud. Su conclusión fue que la humedad que desprenden los cuerpos humanos —respiración, sudoración— era perjudicial para las pinturas, que están ahí desde hace 18.500 años.

Dentro de un programa de investigación, “el santuario más hermoso del arte español”, como lo definió el poeta Rafael Alberti, reabrió sus puertas en marzo. Con mucha cautela: solo cinco visitantes diarios. Acompañados por un guía han seguido un protocolo riguroso en cuanto a tiempo (media hora) e indumentaria: enfundarse un mono blanco, mascarillas, gorro y calzado desechable. Todo para evitar la aparición de microorganismos capaces de reducir el óxido de hierro que proporciona el rojo característico de los bisontes, ciervos y caballos plasmados en la cueva del arte.

Durante décadas, la gruta de Santillana del Mar, patrimonio arqueológico mundial, recibió riadas de visitantes sin ningún tipo de control. En los años setenta del siglo pasado, antes de que se comprobara la fragilidad del techo y de los pigmentos, entraban más de 100.000 personas cada año y algunas fumaban en el interior. En los ochenta, a la vista del deterioro de las principales estancias, el acceso se restringió a una media de 8.000 visitantes. Después se prohibió. Los guardianes del arte rupestre solo han abierto la mano este año y el acceso se lleva a cabo con cuentagotas. Preservar las pinturas es una obligación ineludible, pero ¿hay que ocultar el patrimonio de todos hasta hacerlo completamente inaccesible al público?

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Ante un dilema como este, la decisión ha consistido en prorrogar, al menos hasta febrero de 2015, el régimen de admisión que se viene practicando desde marzo: una lotería diaria con cinco afortunados, porque se ha comprobado que su simple respiración no daña el interior.

Para los demás siempre quedará la Neocueva, una réplica artificial de la que se ha dado en llamar Capilla Sixtina del Cuaternario, sin trabas de aforo y en las que existe una reproducción fiel del museo dejado por nuestros remotos antepasados.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_