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Jackie Kennedy, tras el asesinato de su marido: “Estoy resentida con Dios”

Las cartas inéditas que la ex primera dama envió a un cura irlandés por 15 años irán a subasta En ellas, revela sus sentimientos desde antes de casarse hasta poco después de enviudar

Jackie Kennedy, en la época en que mantenía correspondencia con el sacerdote irlandés Joseph Leonard.
Jackie Kennedy, en la época en que mantenía correspondencia con el sacerdote irlandés Joseph Leonard.CORDON PRESS

Durante los últimos 30 años de su vida, Jackie Kennedy Onassis mantuvo un silencio absoluto sobre su pasado. No dio entrevistas, rechazó ofertas para escribir sus memorias, no cooperó nunca con biógrafos y condenó al ostracismo a los allegados que osaban hablar en público sobre ella. Dos décadas después de su muerte, se abre una pequeña grieta en el hermético mundo de la inolvidable primera dama estadounidense, gracias a una correspondencia privada que acaba de ser descubierta en Irlanda. La esposa de John Kennedy mantuvo contacto epistolar con el sacerdote irlandés Joseph Leonard durante 15 años. Las cartas, que comienzan en su época de soltera y continúan hasta su primera etapa como viuda de JFK, se venderán el 10 de junio en la casa de subastas irlandesa Sheppard’s. Se espera que alcancen un precio mínimo de 1,2 millones de euros.

Las 130 páginas manuscritas están repletas de detalles íntimos hasta ahora inéditos. En ellas se descubre una joven realista, inteligente y ambiciosa que sabía perfectamente lo que hacía al casarse con un político prometedor. “Puede que esté deslumbrada y que me imagine dentro de un mundo de cabezas coronadas y hombres del destino, y no como una insignificante y triste ama de casa. Ese ambiente desde fuera puede parecer muy glamuroso pero si estás dentro y te sientes solo puede llegar a ser un infierno”, escribió a los 23 años. Jackie había roto su compromiso matrimonial con el corredor de bolsa John Husted para contraer matrimonio con Kennedy.

Desde el principio captó el carácter mujeriego de su marido. “Se parece a mi padre en ese sentido”, confesó a Leonard antes incluso de conocer los devaneos de su pareja con secretarias y becarias de la Casa Blanca. “Le gusta la caza y se aburre con la conquista. Una vez casado necesita demostrar que todavía es atractivo, así que flirtea con otras mujeres y está resentido con su mujer. He visto cómo eso casi acaba con mi madre”. Las manifiestas infidelidades de Kennedy supuestamente incluyeron una aventura con Marilyn Monroe.

La reacción de la después conocida como Jackie O por el asesinato a tiros de su marido en Dallas hasta ahora se contaba en imágenes. El mundo no puede olvidar el metraje que recoge los momentos del atentado. Tampoco las horas posteriores, en las que la primera dama se negó a quitarse el traje de Chanel ensangrentado para el juramento de Lyndon Johnson. Sus escritos revelan que su autora sufrió tanto durante el duelo que hubiese preferido perder su vida antes de que la de su marido. La desolación, como confesó al sacerdote, le provocó una crisis de fe. “Estoy tan resentida con Dios", escribió tras ese trance, en 1963. "Tendrá que darme un par de explicaciones si alguna vez me lo encuentro”. En otra carta, ese mismo año, los fragmentos de los manuscritos que adelanta The Irish Times revelan: “Lo que siento con esta pérdida es cada día más cruel conmigo. Preferiría haber perdido mi vida mil veces antes que perder a Jack".

Jacqueline Bouvier conoció a Leonard en 1950 durante una visita a Irlanda con su hermano. Él, un bon vivant amante del buen comer, la llevó al teatro y a restaurantes de cocina francesa en Dublín. Solo se vieron una vez más desde su primer encuentro, pero mantuvieron el contacto a distancia hasta la muerte de Leonard, en 1964.

El paquete de misivas se descubrió en una caja fuerte de la facultad dublinesa de All Hallows, medio siglo después del fallecimiento del sacerdote. Se encontraron casi por casualidad, cuando un experto en libros antiguos se presentó en la universidad para valorar un tomo y se topó con el documento que indagaría en la vida privada de una de las parejas más carismáticas de la historia reciente de Estados Unidos. Para el propietario de la casa de subastas Philip Sheppard las cartas “son el sueño de cualquier rematador”.

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