Más que una firma en un pie de foto
Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin buscan ser algo más que los fotógrafos de referencia del famoseo de EE UU. Quieren ser ellos los famosos
¿Cómo van a debutar tras 27 años entre famosos?
Hace años que los nombres de Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin se escriben en papel cuché y páginas de periódico. Han aparecido en la firma de memorables fotografías de los principales nombres de nuestros tiempos: han hecho sesiones de fotos con Jennifer Lawrence, Scarlett Johansson o la sonada portada de la revista V en la que Lady Gaga se mostraba desnuda el verano pasado. Pero ahora Inez y Vinoodh —como se llaman profesionalmente— también es el nombre de un perfume. Y de una línea de joyas cuyas piezas oscilan entre los 520 dólares por un collar y los 20.500 por un brazalete. Este matrimonio de fotógrafos holandeses afincado desde hace casi tres décadas en el corazón del famoseo estadounidense está traspasando la frontera. Se están convirtiendo, como anunciaba The New York Times haciéndolo más o menos oficial, en famosos.
¿Hace falta aprenderse su historia?
La transición de fotógrafo a famoso no es muy común, pero se ha dado. Se podría decir que Terry Richardson, el controvertido fotógrafo de moda, lo ha logrado desde hace unos años. Inez y Vinoodh tienen un estilo visual mucho menos reconocible, pero lo compensan con una imagen personal más accesible: son el matrimonio que nunca discute porque está enamorado y rodeado de cosas bonitas. Lo primero lo defienden con vehemencia en el texto del Times, en el que explican cómo pasaron casi seis años trabajando juntos en Holanda, prendados el uno del otro, antes de empezar su relación sentimental en 1992. En 1996 se mudaron a Nueva York y en 1999 se casaron. Lo segundo, lo de su afinidad por la estética, se aprecia en su cuenta de Instagram, la plataforma con la que también están intentado ser más que una firma en un pie de foto. Esa química es lo que les convierte, según varias personas que han trabajado con ellos, de Lady Gaga a Julianne Moore, en gente más magnética de lo habitual y es, añaden, el secreto de su éxito.
¿Son artistas que tratan de hacerse famosos?
El trabajo de esta pareja es lo suficientemente ubicuo como para que se les haya acusado de meros comerciantes que trafican con una cámara. En puridad, sus grandes aliados en el mundo de la fotografía son la gigantesca galería Gagosian, que les ha organizado muestras en París y Los Ángeles, y diferentes marcas de moda. No es nada indicativo de su valor artístico, pero sí dice mucho de su potencial como futuros objetos fetiche.
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