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Michelle Pfeiffer quiso alimentarse del sol

La actriz cuenta en una entrevista que perteneció en su juventud a la secta del 'respiracionismo' Además, analiza el paso del tiempo y asegura que nunca ha pasado por el quirófano

Michelle Pfeiffer.
Michelle Pfeiffer.CORDON PRESS

Ni comida ni agua. Solo la luz del sol. Parece un chiste más que una dieta, pero no es ninguna broma. Michelle Pfeiffer ha desvelado en una entrevista que en sus años de juventud, cuando empezaba en el mundo del cine, perteneció a una especie de secta cuyo fin último era alimentarse de nada más que la luz del sol. Se llama respiracionismo o inedia y es una corriente que aspira a la perfección espiritual renunciando a todo tipo de alimentación que no venga de los rayos solares.

Hoy de 55 años, Pfeiffer recuerda en The Sunday Telegraph que tenía apenas 20 cuando, poco tiempo después de aterrizar en Hollywood, conoció a una pareja que la inició en este tipo de vida. Al principio partió como una dieta vegetariana, cuenta la actriz, pero al poco tiempo la sometieron a un régimen "imposible de seguir". “Eran muy controladores. Yo no vivía con ellos, pero pasaba mucho tiempo allí y siempre me decían que tenía que ir a verlos más. Cada vez que los visitaba, tenía que pagar, así que económicamente esto también se estaba convirtiendo en mi perdición”, recuerda.

No fue hasta que conoció a su primer marido, el actor Peter Horton, que logró deshacerse de la influencia que la extraña pareja de respiracionistas tenía en su vida. Y es que Horton justamente estaba preparando un papel para una película sobre una secta en aquel momento. Al acompañarlo a hacer entrevistas a los seguidores de la iglesia de la unificación, Pfeiffer se dio cuenta de que lo que ella vivía era exactamente eso. “Cuando oí cómo describían la manipulación psicológica, supe que yo estaba en una secta”.

Hoy Michelle Pfeiffer es una vegana convencida, pero su conciencia ecológica nada tiene que ver con la peligrosa experiencia que vivió en su juventud. La actriz rememora en la larga entrevista con The Sunday Telegraph, gran parte de su vida y analiza el paso del tiempo ahora, que, como ella dice está “un poco demasiado cerca de los 60”.

“La pérdida de la juventud, la perdida de la belleza, definitivamente causa estragos en tu psiquis”, dice una Michelle Pfeiffer que asegura no haber pasado aún por el quirófano. “Ciertamente hay un proceso de duelo, pero es liberador. No necesito verme más joven de lo que soy porque no quiero cambiar nada”. Sin embargo, no le cierra la puerta a la posibilidad de someterse a alguna operación más adelante. “Solía pensar que nunca lo haría, pero ahora es muy difícil decir nunca. Ahora prefiero pensar ‘nunca digas nunca’”.

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