De modelo a ‘sex symbol’ televisivo

¿Un debut pausado?

Rubén Cortada pasó la noche del lunes en su casa viendo la televisión con unos amigos. Puede no ser el lugar más glamuroso para lanzarse a la fama, pero no cambia el que, cuando este actor cubano de 27 años amaneció a la mañana siguiente, su nombre estuviera en cientos de artículos y miles de tuits le hubieran profesado amor eterno. Cinco millones de personas habían pasado también la noche delante de la televisión viendo el mismo programa que él: El tiempo entre costuras, ahora gran hito de audiencia del año. De esos, pocos actuaban, como él sí hacía, en la serie. Y ninguno más había sido declarado popularmente el gran descubrimiento de la ficción española más vista en los últimos años. Entre sus facciones de modelo, su cuerpo cuidado —que no musculado hasta lo hortera— y su personaje de vividor-castigador, Rubén Cortada se ha convertido en la estampa televisiva más caliente de la semana.

 ¿Llevaba tiempo tras el éxito?

 “Fue un subidón”, admite Cortada; pero señala inmediatamente la pega del asunto: “Me doblaron por mi acento cubano”. El actor llegó a España hace ocho años. Su versión oficial es: “Me trajo la aventura, el deseo de viajar y conocer otras culturas”, pero eso ignora la importante etapa de modelo en la vida del actor. “Mi trabajo de modelo fue un medio para pagarme los estudios de interpretación”, insiste. “En cuanto pude pagar mis facturas actuando, mi faceta de modelo llegó a su fin”. Era 2011 y Cortada había encontrado trabajo en 11 capítulos de la serie de sobremesa Bandolera. Acababa de entrar en el vaivén de especulaciones periódicas sobre quién sería el nuevo guapo televisivo, el sustituto de El Duque de Sin tetas no hay paraíso.

¿Y si se le encasilla?

Entre el rodaje de El tiempo entre costuras y su colosal estreno esta semana hubo casi dos años de separación en los que el proyecto no tenía visos de ver la luz del día. La decisión de emitirlo el lunes sorprendió a Cortada, inmerso en el rodaje de El príncipe, otra serie en la que trabaja con José Coronado, uno de sus actores favoritos junto con John Malkovich, Ricardo Darín, Javier Bardem y Viggo Mortensen. Su nuevo trabajo se estrenará en enero y es posible que se solape con los capítulos finales de El tiempo entre costuras. Sabe que para entonces el fenómeno puede haber acabado y que ya no sea el sex symbol de turno. No le importa. “Hago de narcotraficante casado y musulmán. Dista bastante del concepto de sex symbol, ¿no?”, explica. “Este oficio es de largo recorrido”.