_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Y si nos vamos?

Tanta corrupción, tanto ladrón, tanta incultura política y general, nos ponían en bandeja un diagnóstico específico de ineptitud nacional

Almudena Grandes

De piedra. De plástico. De pasta de boniato. Así me han dejado las últimas declaraciones del FMI. El miércoles, ya lo recordarán, pidieron más austeridad. Lo que está matando al enfermo no es la medicina, condescendieron a explicarnos, sino que se le ha aplicado en dosis equivocadas. El jueves, sin embargo, la homeopatía ya no era solución. Lagarde exigió que se suavizaran los ajustes para no agravar el paro, y se quedó tan ancha. Nuestra economía está rota, pero crecerá un 0,7 en 2014. ¿Quién dijo que no se podía afirmar una cosa y su contraria?

Hasta entonces podíamos pensar que la culpa era nuestra. Tanta corrupción, tanto ladrón, tanta incultura política y general, nos ponían en bandeja un diagnóstico específico de ineptitud nacional. Sin descartarlo, ahora resulta que, en Washington, los que presumen de cortar el bacalao dan los mismos palos de ciego. ¿Y si no fuera eso? Perdonen mi suspicacia, pero Bárcenas y Torres nos han enseñado a desconfiar de las informaciones contradictorias que se sirven en pequeñas dosis.

El tortuoso hilo argumental de esta alternancia de palos y zanahorias desemboca en el incondicional sufrimiento de los españoles. Porque sí, porque es lo que hay, porque no se puede hacer otra cosa. Y yo me pregunto, ¿por qué? Ahora que todos podemos divorciarnos, y por muchos años, con las bendiciones del Tribunal Constitucional, ¿por qué tenemos que seguir encadenados a los intereses de la banca alemana? ¿Qué pasaría si decidiéramos divorciarnos, salir del euro, incluso de la UE? Si empezamos de cero, al menos seremos pobres por nosotros mismos, y no para que otros se forren con nuestra pobreza. ¿Es eso lo que teme el FMI? Soy consciente de que a lo peor acabo de escribir una burrada, pero tampoco resultaría tan grave. Otras han comparado los escraches con el nazismo, y no dimiten ni a la de tres.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_