Karim Wade, el hijo del ex presidente senegalés, a la cárcel
Karim Wade, hijo del ex presidente Abdoulaye Wade. / Foto vía Afrolnews.
Karim Wade, ex ministro senegalés e hijo del ex presidente Abdoulaye Wade, ha pasado este miércoles su primera noche en la cárcel. Un largo y complejo proceso judicial puesto en marcha por el Tribunal para la Represión del Enriquecimiento Ilícito de Senegal está en curso contra el otrora todopoderoso Karim, quien, según las pruebas aportadas por la Fiscalía, posee una fortuna estimada en 1.000 millones de euros. Mientras el hijo de Wade entraba este miércoles en la prisión de Rebeuss acusado de "enriquecimiento ilícito", su partido, el PDS, prepara toda la artillería para salir a la calle a denunciar lo que considera “una caza de brujas” liderada por el actual presidente Macky Sall contra el antiguo régimen. ¿Justicia o ajuste de cuentas? El debate apasiona en Senegal.
Karim Wade era el sucesor en la sombra de su padre, el delfín que había ido acumulando poder de manera progresiva y escalando posiciones en el Gobierno y el Partido Democrático Senegalés (PDS). Sin embargo, nunca fue alguien querido en la calle. Quizás fuera su lejanía del senegalés medio (Karim cursó sus estudios secundarios y universitarios en Francia y ni siquiera habla con soltura el wolof, la lengua nacional), su imagen de niño mimado o su creciente riqueza, de la que hacía gala con una decena de coches de lujo, casas y apartamentos en Londres e incluso un jet privado, pero lo cierto es que, al contrario que su padre, Karim nunca se ganó el corazón de los senegaleses.
Karim Wade, camino del juzgado el pasado 15 de marzo. / Foto: AFP
Sin embargo, esto no fue obstáculo para su fulgurante ascenso. En 2011, era conocido como el superministro del Cielo y de la Tierra, pues concentraba en su excelsa persona las carteras de Energía, Cooperación Internacional, Ordenación del Territorio, Transportes Aéreos e Infraestructuras. Nunca nadie, salvo el propio presidente, había acumulado tanto poder en este país. Hasta que el 25 de marzo de 2012, tras unas elecciones que empezaron de manera turbulenta pero que concluyeron con toda una lección de democracia, el pueblo senegalés mandó a Abdoulaye Wade a la jubilación y eligió a Macky Sall para sucederle. Y ahí todo cambió para Karim. De superministro a proscrito, de todopoderoso a perseguido.
Una de las banderas con las que el nuevo presidente logró ganar los comicios era, precisamente, la lucha contra la corrupción y el despilfarro de dinero público. Y Karim estaba en su punto de mira desde hacía años. Ya en 2007, cuando Macky Sall era presidente de la Asamblea Nacional, este impulsó la creación de una comisión de investigación por el escándalo de la Agencia Nacional para la Organización de la Conferencia Islámica (Anoci), que presidía Karim Wade, un enorme caso de corrupción que concluyó con la desaparición de unos 400 millones de euros sin que, hasta ahora, nadie hubiera pasado ante la Justicia por ello. En aquella ocasión todo acabó en agua de borrajas y con Macky Sall expulsado del partido por haberse atrevido a apuntar contra el hijo del presidente. Ahora todo es diferente.
Karim Wade, en el momento de su detención el pasado lunes. / Foto: AFP
El patrimonio de Karim Wade, según las pruebas presentadas por el fiscal del Tribunal para la Represión del Enriquecimiento Ilícito (CREI), Alioune Ndao, da vértigo. En primer lugar, están las cuentas bancarias en Senegal, que suman 1,4 millones de euros; en segundo lugar, los vehículos de lujo, un total de ocho, por un total de 846.000 euros, entre los que se encuentra un Porche Cayenne, un BMW Serie 5, un Ford Ranger y tres GMC Denali; en tercer lugar el patrimonio inmobiliario (23 millones) repartido entre tres inmuebles, una extensión de la casa familiar de Point E, otra vivienda en Sicap Rue 10 y el complejo de lujo Eden Roc, así como dos terrenos, todos ellos en Dakar.
En cuarto lugar, y aquí viene la parte del león y la más difícil de rastrear de la fortuna de Karim, está su presencia accionarial a través de sociedades interpuestas en una quincena de empresas y compañías, valorada en unos mil millones de euros. Entre esas entidades se encuentra DP World Dakar SA, la filial senegalesa del gigante de los operadores portuarios mundiales Dubai Ports World, que se encarga de la explotación del Puerto de Dakar y cuyo valor se estima en unos 596 millones de euros. Asimismo, se cree que Karim es el propietario oculto de Aeroport Handling Services (AHS), sociedad senegalesa de servicios aeroportuarios, y de sus siete empresas hermanas en Benín, la República Centroafricana, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Níger, Ghana y Jordania, así como de la empresa Adge, encargada de la explotación del aeropuerto de Malabo. Otras compañías supuestamente propiedad de Karim serían Daport SA, también en el mundo aeroportuario, BlackPearl Finance, ABS Senegal y las compañías de comunicación An Media y CD-Media Group.
La contundencia de las pruebas y la debilidad de la defensa llevó a la CREI a ordenar la detención de Karim, y de otras siete personas próximas a este affaire, el mismo lunes pasado al mediodía. Agentes de paisano se personaron en el domicilio de los Wade, en el barrio dakaroise de Point E, y se lo llevaron detenido a la comisaría de Colobane, donde ha pasado dos noches. Hasta que este miércoles al mediodía y tras declarar ante el juez, Karim Wade ha sido enviado a la cárcel de Rebeuss, donde ya ocupa una celda especial que, por la relevancia del reo, le mantendrá alejado del resto de prisioneros. En esa misma habitación ya estuvieron otros dos presos ilustres, el que fuera primer ministro Idrissa Seck, acusado también de corrupción por las obras de Thiés, y, más recientemente, el líder religioso Cheikh Bethio Thioune, marabú de los thiantacones, por su supuesta participación en el oscuro asesinato de dos jóvenes talibés.
Karim Wade, durante una manifestación del PDS en diciembre pasado. Foto: J.N.
Mientras tanto, el PDS se ha puesto en pie de guerra. Siguiendo la consigna lanzada por Karim y sus abogados de que estamos ante una “caza de brujas” del nuevo régimen y que la CREI lo que persigue es “un trofeo de caza”, el partido de Wade dirige sus miradas directamente hacia el presidente Sall y le acusa de estar llevando a cabo un “ajuste de cuentas” en la persona de Karim. El PDS ha convocado una manifestación para el próximo 23 de abril en Dakar, una marcha en la que pretende denunciar la “injusticia” que se está cometiendo con Karim y lo que denomina una deriva autoritaria del régimen de Sall. Este, sin embargo, asegura que la Justicia está, simplemente, haciendo su trabajo. Senegal vuelve a contener la respiración.
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