Menosprecio a la inteligencia
Asistimos entre asombrados e indignados a una avalancha de corrupción generalizada en nuestro país. Muchos ciudadanos esperamos una justicia rápida que sancione no solamente a los corruptos, sino también a los corruptores, a todos aquellos que han pagado o intermediado propiciando actos ilícitos.
También sería deseable apartar de sus cargos, hasta que se aclare su situación, a todos aquellos imputados en los que la justicia vea claros indicios de que han cometido presuntos delitos.
Y un pedido especial a los políticos que desde los distintos partidos tratan de explicar lo inexplicable menospreciando la inteligencia y el sentido común de la gente con argumentos que aumentan nuestra indignación. Sería interesante que antes de hablar tuvieran en cuenta una frase que escuche hace tiempo: “No aclares, que oscurece”.— Leon Antebi Ini. Barcelona.
Mariano Rajoy tiene la oportunidad de hacer un acto de ejemplaridad que contribuya al rearme ético de la política y de la sociedad, interviniendo con contundencia en la clarificación de las informaciones que están apareciendo con motivo del caso Bárcenas. La opinión pública podrá suponer que el primer interesado en descubrir y denunciar a quien haga acusaciones falsas y mienta, así como a quien esté diseñando una campaña de desestabilización política e institucional es el Presidente del Gobierno.
En un momento en que se pide a la sociedad asumir duros sacrificios y cuando la credibilidad de España es clave para generar la necesaria confianza internacional, el partido del Gobierno no se puede permitir el lujo de dejar sombras de duda.
En mi modesta opinión, hasta ahora no lo está haciendo.— Pedro García. Sant Feliu de Guixols, Girona.
Desde que estallara el escándalo por el caso Bárcenas, las explicaciones que ha venido dando Mariano Rajoy se han limitado a intervenciones ante su partido, a un par de respuestas en la sesión de control en las que no entró a detalle en el fondo del asunto y a otro par dadas ante los periodistas en Berlín.
Un bagaje extremadamente escueto, claramente insuficiente para abordar un caso de corrupción de tal magnitud, en el que se ha visto salpicado él mismo y se ha puesto en entredicho la credibilidad e imagen de España.
Rajoy prometió recientemente “transparencia total”, pero hace un par de días el PP vetó que compareciera en el Congreso y al tiempo desestimó la creación de una comisión de investigación sobre la amnistía fiscal. Sin duda ese no es el camino, máxime en un momento tan crítico como el que vive el país.—David Pérez Tallón. Madrid.
