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Miami resiste gracias al poder latino

Multitud de famosos levantan sus mansiones en exclusivas islas de la ciudad. El músico y productor Emilio Stefan es el artífice de esta concentración de estrellas

El matrimonio Stefan es un gran defensor de Barack Obama. En la fotografía la familia y su hija Emily Marie, en Miami, en 2009.
El matrimonio Stefan es un gran defensor de Barack Obama. En la fotografía la familia y su hija Emily Marie, en Miami, en 2009. EFE

A unos minutos de Miami Beach, rodeadas de arena blanca traída de las Bahamas y de palmeras de las costas del Océano Índico, emergen 35 lujosas mansiones. Todos sus habitantes son famosos. Del mundo de la música, el cine, la moda, la televisión o el deporte. Es una pequeña isla en forma de óvalo con una sola calle. Es Star Island. Entre los vecinos de este paraíso artificial están o han estado Gloria y Emilio Estefan, Xuxa, Lenny Kravitz, Madonna, (que vendió su mansión por casi ocho millones de dólares, alrededor de 6,4 millones de euros, a un grupo de inversión que la puso a nombre de un perro), Sylvester Stallone, Will Smith, Thalía, Paulina Rubio, Julio Iglesias, Naomi Campbell.

A excepción de Phillip Frost, el farmacéutico del Viagra, que compró su residencia por 50 millones de dólares (alrededor de 40 millones de euros) y decenas de palmeras por 10.000 dólares (8.000 euros) cada una para su amplio jardín, todos han desembolsado un mínimo de 10 millones de dólares (ocho millones de euros) por sus casas. Pocos son los que viven ahí todo el año. Sus giras de trabajo les llevan por varias partes del mundo, pero cuando quieren un refugio para descansar, no dudan en acudir.

La lista es interminable: Will Smith, Julio Iglesias, Naomi Campbell, Tom Cruise, Shakira, Jennifer López

 A pesar de que un barco lleno de turistas recorre sus costas casi a diario y de que pequeñas embarcaciones con paparazzis a bordo los vigilan constantemente, los famosos han encontrado aquí el lujo, la tranquilidad y el clima que necesitan para descansar, reunirse con su familia y amigos y, de vez en cuando, posar para un privilegiado grupo de fotógrafos de las principales revistas.

Un poco más allá hay otra burbuja de luminarias: Fisher Island a la que solo se puede llegar en ferry privado, yate o helicóptero. Sus espectaculares mansiones se levantan en medio de parques y playas, canchas de tenis, campos de golf y un hotel cinco estrellas, con las mejores vistas de los rascacielos de Miami. Tom Cruise, Shakira, Oprah Winfrey, Julia Roberts, Britney Spears, Luis Miguel o Jennifer López son los rostros más conocidos en esta isla. No son los únicos. A lo largo de toda la costa de Miami se reparten más casas de celebrities: Anna Kournikova y Enrique Iglesias, Ricky Martin, Chayane, Cristina Saralegui, Jon Secada, Matt Damon, Andy García, André Agassi. El diseñador Gianni Varsace vivió aquí hasta que lo asesinaron en el verano de 1997 en la puerta de su mansión, Casa Casuarina.

Que varias de las grandes estrellas de la música y la televisión latina se hayan mudado a Miami se debe a Emilio Estefan, el “padrino del pop”, y a que Univisión y Telemundo, las dos empresas más importantes de televisión en español de Estados Unidos, tengan sus instalaciones en esta ciudad. Desde finales de los años noventa, Estefan y su esposa Gloria se han convertido en el principal polo de atracción de Miami. Por sus estudios de grabación y por su casa ha pasado gente como el cantante colombiano Juanes o el presidente Barack Obama, por mencionar solo dos ejemplos bien distintos. Las telenovelas y los programas de Univisión y Telemundo, por su parte, son foros obligatorios para todo aquel que quiera conquistar el mercado hispano de Norteamérica.

Ahí radican Univisión y Telemundo, las televisiones en español más importantes de Estados Unidos

Pero hay muchos famosos internacionales que no tienen casa en el lugar y, sin embargo, acuden con frecuencia. No es difícil disfrutar (sin culpa ni disimulo) de esa escenografía soleada, elegante y lujosa, a veces salpicada de vulgaridad, banal y materialista, eficaz como los gringos y cálida como los latinos. Hace unas semanas, después de marcar tres goles en un partido benéfico, el jugador del Barcelona Lionel Messi decidió quedarse unos días más en Miami, junto a su novia Antonella Roccuzzo, para celebrar su 25 cumpleaños. A principios de julio, el colombiano del atlético de Madrid, Radamel Falcao, fue visto en compañía de su esposa Loreleí Tarón en South Beach. Y Sami Khedira, del Real Madrid, se relajaba al lado de su novia, la modelo Lena Gercke. El entrenador José Mourinho también ha elegido este paraíso para pasar sus vacaciones.

Calles adentro, entre el calor y la humedad, Miami es el lugar ideal para recorrer en pantalón corto y camisa hawaiana las tiendas de sus centros comerciales y blandir la tarjeta de crédito. Para caminar a la sombra de palmeras y manglares por sus avenidas, que son públicas pero dan la sensación de ser privadas y encontrarse con supermodelos que se dirigen a los gimnasios o a los salones de belleza e, incluso, con hombres con bigote, traje blanco, gafas oscuras y maletín lleno de dólares, como los que aparecían en Corrupción en Miami, aquella serie de los ochenta que tan bien reflejó las mafias de la droga que operaban por la zona. Miami también es el lugar ideal para ver pasar coches deportivos a toda velocidad, entrar a discotecas con fiestas exclusivas llenas de apóstoles de la buena vida y sobre todo para dejarse envolver por su identidad cubano-estadounidense-latinoamericana, donde multitud de celebrities encuentran el relax.

Hasta Fisher Island solo se puede acceder en ferry privado, yate o helicóptero

 

 

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