Pongamos que hablo de Madrid
Si Esperanza Aguirre creyó que lo mejor para su prestigio político —que no para la Comunidad de Madrid que representa— era incentivar, malmeter y enriquecer la polémica nacionalista en este país, con el propósito de desviar la atención mediática sobre los asuntos realmente importantes que afectan a los madrileños y también a los españoles, no lo ha conseguido. No puede tratarnos como a borregos.
La evolución del déficit de la Comunidad de Madrid tiene ciertos paralelismos con la de Bankia; si en esta última se piden responsabilidades por pasar sus necesidades de financiación de 4.500 a 23.000 millones de euros en un corto espacio de tiempo, no es menos cierto que el déficit de la Comunidad de Madrid ha pasado de cero euros a 2.500 millones en tiempo récord.
Si la forma de gobernar de los políticos es… “hay que desviar la atención pública” o “hay que centrar o acaparar la atención sobre esta nimiedad” en vez de actuar eficazmente sobre los problemas de raíz que padece España… ¡Da pánico!— Francisco Vicente Agulló Sánchez.