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La transparencia de Beatriz conmueve a los holandeses

Aumenta la popularidad de la reina tras la tragedia de su hijo Friso

Isabel Ferrer
El príncipe Guillermo y su esposa, Máxima, escuchan el discurso de Beatriz de Holanda, durante el Dia de la Reina.
El príncipe Guillermo y su esposa, Máxima, escuchan el discurso de Beatriz de Holanda, durante el Dia de la Reina.ROBIN UTRECHT (efe)

La celebración de la fiesta nacional, Koninginnedag (El Día de la Reina), dio ayer una alegría a la reina Beatriz de Holanda: un 81% de la población la considera muy popular y cree que hace una buena labor. El dato procede del sondeo sobre la monarquía efectuado tradicionalmente el 30 de abril por la televisión nacional (NOS). La elevada cota de aceptación de la soberana se debe a dos cosas: un trabajo bien hecho y la entereza demostrada como madre desde que su segundo hijo, el príncipe Friso, quedara en coma profundo en febrero en un accidente de esquí en Austria.

En una jornada donde el país entero se tiñe de naranja, los demás miembros de la Casa de Orange aprobaron también con nota. Así, seis de cada 10 habitantes considera preparados para reinar a los herederos, Guillermo y Máxima. La princesa sigue siendo la más admirada, con un tirón personal del 50%. Como régimen político, la monarquía suma un 74% de apoyo. Eso sí, el sondeo incluye el punto pragmático que define a los holandeses. Señala la fecha ideal para una abdicación. Sería 2013, cuando Beatriz cumpla 75 años y lleve 32 años en el trono.

Con tan buenas cifras en la mano, la familia real se lanzó a la calle. Hijos y sobrinos de la casa de Orange pasearon por las ciudades de Rhenen y Veenendaal, en la provincia de Utrecht. Convertidas, como el resto del país, en un cruce entre una feria y un mercadillo de ocasión, participaron en bailes, talleres de pintura, carreras y una actividad insólita: el lanzamiento de retretes, a cargo del príncipe Guillermo. Arrojó uno naranja frente a un público que no paraba de reír. Máxima, por su parte, se lanzó cuesta abajo en una barca de madera.

Beatriz siguió animada la fiesta. Su imagen contrastaba con la mostrada hace dos meses en el hospital general de Innsbruck, poco después de que su hijo quedara sepultado bajo un alud de nieve. Friso se encuentra en coma en el hospital Wellington, de Londres, especializado en rehabilitación neurológica. Allí acude cada fin de semana la soberana.

Sobre la evolución de Friso no hay nuevos partes, pero que la reina compagine con tanta discreción el papel de madre, con sus deberes oficiales, ha llegado al corazón de sus compatriotas. Desde el año 2009, en que un desequilibrado se abalanzó en coche al paso de la comitiva real causando siete muertos, la seguridad ha aumentado en Koninginnedag. Esta vez había 1.250 agentes movilizados.

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