EEUU pierde el guante de cristal de Michael Jackson
El Gobierno de Obama debe devolver al hijo del dictador Obiang recuerdos del malogrado cantante y otros bienes
La historia tiene tres referentes que la hacen atractiva y que no suelen coincidir juntos: el nombre de Barack Obama, el famoso guante de cristal que Michael Jackson lució en su mano derecha durante la gira de Bad y el hijo de un brutal dictador africano. El pasado mes de octubre, la Administración de Barack Obama embargaba bienes por un valor de 71 millones de dólares a Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del presidente de Guinea Ecuatorial que vivía en Estados Unidos y al que se acusaba de corrupción. Entre esos bienes había una mansión en Malibú (California) valorada en 30 millones, yates, coches de lujo, jets privados y 1,8 millones de objetos pertenecientes a Michael Jackson. Al parecer, Mangue cayó en una locura de compra compulsiva de recuerdos del malogrado rey del pop durante su estancia en Norteamérica.
Pero según un juez federal de California, el guante de cristal de Swarovsky –y el resto de los bienes incautados- no podrán seguir más tiempo en propiedad de la Administración Obama porque a pesar de que existe una orden de arresto internacional contra el vástago de Obiang, éste nunca ha sido condenado por ningún crimen en Estados Unidos, según informa The Hollywood Reporter. El juez ha dictaminado que EE UU debe de probar que Mangue acumuló su inmensa fortuna de manera ilegal bajo las leyes de este país y que mientras eso no se pruebe se le deben de devolver a Mangue todas sus pertenencias.
EE UU acusa a altos cargos del Gobierno de Guinea Ecuatorial de corrupción y de condenar a más del 70% de la población a vivir en la pobreza, según recuerda The Hollywood Reporter. Mangue fue nombrado por su padre ministro de Bosques y se le considera una persona del círculo íntimo de poder del régimen de Malabo. El hijo de Obiang llegó a EEUU en el año 1991 para estudiar en una prestigiosa universidad, a la vez que según fuentes de la Administración citadas por el Reporter movía ingentes cantidades de dinero fuera y dentro del país. Además de una vida dedicada a la extravagancia y el lujo, el joven africano se dedicó a comprar recuerdos de Michael Jackson tras su muerte en 2009.
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