Cosas que hacer en Laponia si tienes que irte a trabajar allí

Laponia, como hasta Wikipedia sabe, es ese lugar donde vive Papa Noel y al que los españoles íbamos como turistas.

Pero ahora, gracias a José Luis Feito, presidente de la Comisión de Economía de la CEOE (confederación de empresarios españoles), va a ser también ese lugar al que vamos a ir a lavar coches, arreglar cañerías y vender seguros. Hay que fastidiarse. Si ya se me va una hora todas las mañanas en el atasco de la M-30, imagínate tener que seguir hasta Laponia.

Dada la inminencia de la apertura de una oficina del INEM en Karasjok, capital de la Laponia noruega, he de comunicar dos cosas, una buena y una mala.

La mala: en Laponia hace un frío del carajo.

La buena: a pesar de eso, se pasa más frío en Sevilla, porque allí todo está disparatadamente preparado para disfrutar de la vida dentro y fuera de casa, aunque la temperatura congele hasta los pingüinos.

En la impagable y abnegada labor de este blog como servicio público para viajeros y turistas patrios, aquí van una serie de actividades de ocio que podréis hacer en vuestros escasos ratos libres cuando seáis mileuristas subcontratados en Laponia:

Un paseo en rompehielos. Sale desde el muelle del Piteå River, a unos 45 minutos de Luleå, en la Laponia de Suecia. Permite adentrase unos kilómetros en el mar helado del golfo de Botnia, mientras la proa va abriendo un canal entre gigantescos bloques de hielo. Los más atrevidos pueden darse un baño en el agua helada con unos trajes especiales que te dan aspecto de espermatozoide gigante.

Con Papa Noel en Rovaniemi. Un clásico en cualquier visita a la Laponia finlandesa. Joulupukin Pajakylä (la aldea de Papa Noel) está a las afueras de Rovaniemi; allí recibe a visitantes de todo el mundo. Hay un parque de atracciones subterráneo.

Parque nacional Urho Kekkonen. Es la parte más salvaje de la porciónfinlandesa de Laponia. En verano es un territorio extremo e inhabitado. Pero en invierno hay que ser el cámara de El último superviviente para meterse por allí sin guía. Naturaleza en estado salvaje para hacer senderismo.

Una vista a Gammelstad. A 25 kilómetros de Luleå (Laponia sueca), un pintoresco poblado de casitas de madera de intenso color rojo en torno a una iglesia, considerado la mejor aldea-templo del norte de Escandinavia y como tal, reconocida como Patrimonio de la Humanidad.

Museo sami de Inari (Finlandia). Inari, a orillas del lago del mismo nombre, es el corazón del país sami, mal llamados lapones, los habitantes originales de estas tierras. Su historia se recoge en el interesante Museo Sami Siida. En invierno el lago Inari se hiela con una capa tan dura que los camiones pueden atravesarlo.

Paseos en motonieve o trineos de perros y renos. Fáciles de contratar en casi todos los pueblos de Laponia, ya sea noruega, sueca o finlandesa. Un buen lugar para practicarlo es Rovaniemi (Finlandia), donde hay toda un industria montada en torno a estas excursiones invernales.

Llegar al Cabo Norte. Un mito viajero. Esta en la Laponia noruega. En verano hay mucha gente, pero en primavera llegar allí se convierte en una aventura épica. Asomarse a los acantilados del fin de Europa por el norte y hacerse una foto en la célebre esfera armilar no tiene precio.

Dormir en un hotel de hielo. Alta es la capital de la Laponia noruega. Allí está el Alta Friluftspark, el centro de deportes invernales donde ofrecen todo tipo de actividades al aire libre en pleno invierno. Inlcuido un hotel de hielo de lo más cálido.

Artikum. El gran museo y centro de estudios sobre la cultura, la naturaleza y las formas de vida en el Ártico. Está en Rovaniemi (Finlandia).

Todas las fotos© paco nadal

Como siempre, las informaciones que aparecen en este blog no son un refrito de Google sino que responden a experiencias personales. Por eso las recomiendo.