El plan de dominación mundial de Dasha y Roman
Dasha Zhukova, novia del oligarca ruso y multimillonario dueño del chelsea FC Roman Abramovich, se afianza con solo 30 años como la décima figura más influyente del mundo del arte. ¿Dónde está el techo para la omnipotente pareja
Enfundada de la cabeza a los pies en esas marcas reservadas a un coto exclusivo, el paso seguro de Dasha Zhukova rezuma todo el poderío de la nueva Rusia instalado en la metrópolis de Londres. La joven, atractiva y riquísima moscovita acaba de desfilar por la pasarela de la High Court, el tribunal donde se dirime este otoño el pulso entre su novio y padre de su hijo, Roman Abramovich, con el también magnate ruso Borís Berezovski. Aunque en esta ocasión se limite a sonreír, la imagen de Dasha no se ajusta a la de mero accesorio que acompaña a una de las mayores fortunas del planeta. En menos de un lustro ha conseguido transformarse en uno de los personajes indispensables del mercado del arte, arrastrando consigo a un Abramovich del que solo se conocían su pasión por el petróleo, los negocios y el fútbol. Artistas, marchantes, los mejores expertos están rendidos a los pies de la pareja, y por supuesto, a su dinero.
La sola sugerencia de su asociación con el responsable del grupo tate levanta ampollas
Si el oligarca integra hoy la lista de los 10 principales coleccionistas del planeta, su compañera ingresaba este año en la lista de las 100 figuras más influyentes del mundillo del arte, según el ranking de la revista Art Review. En las últimas semanas, Daria Zhukova (Dasha es el apelativo familiar) ha tenido que arañar un hueco en su agenda para asistir a las sesiones del tribunal londinense donde litiga su compañero. La víspera de su primera comparecencia había estrenado en Moscú la nueva temporada del Centro Garage de Arte Contemporáneo, del que es fundadora y directora. Días después se paseaba por el recinto de la Frieze, la gran feria anual de arte contemporáneo en la capital británica, al lado de quienes cuentan en el sector. Su currículo suma el papel de patrocinadora de IRIS, organización cultural filantrópica; de miembro del Consejo de Administración de County Museum of Art de Los Ángeles, y de partícipe en el lanzamiento del sitio web Art.sy junto al poderoso marchante Larry Gagosian y la esposa de Rupert Murdoch, Wendi.
Una trayectoria meteórica para esta mujer de 30 años que no demostró ningún interés por el arte ni sus entresijos hasta bien entrado el nuevo milenio. Nacida y criada en Moscú hasta los 10 años, la hija del magnate del petróleo Alexander Zhukov se trasladó a Estados Unidos junto a su madre ?bióloga nuclear? tras el divorcio de sus progenitores. Vivió en Huston y Los Ángeles, antes de recalar en el Londres cosmopolita e imán para una legión de nuevos ricos rusos. Dasha conoció a Abramovich como uno de los socios de su padre. Una de las primeras fotografías de la pareja fue tomada en 2006 en Barcelona, donde el Chelsea (del que es propietario el oligarca) perdió un partido de la Champions. Él todavía estaba casado con Irina, su segunda esposa y madre de sus otros cinco hijos, mientras que de la joven apenas se conocían sus incursiones en la vida social y en el diseño de moda.
El reciclaje de Dasha se ha producido desde que ambos asentaron su relación, previo divorcio de Abramovich. Poco dada a dejarse ver en fiestas frívolas o quemando la tarjeta de crédito, su presencia se replica en todo evento relacionado con la promoción del arte. Y flanqueándola, un cortejo de figuras de renombre. Robert Storr (comisario en la Bienal de Venecia de 2007) o Jean-Hubert Martin (exdirector del Centro Pompidou de París) le asesoraron para la apertura del Centro Garage en Moscú, en 2008, que contó con el "apoyo activo" del responsable del grupo Tate, Nicholas Serota. Meses antes, el Telegraph había tenido que retractarse de una información en la que señalaba a Serota como consejero de Zhukova. La sugerencia de una asociación entre el director del gran conglomerado de galerías públicas británicas y la liquidez rusa que todo lo compra levantó ampollas.
Abramovich y su compañera viven a caballo entre Moscú y sobre todo Londres, donde están remozando un complejo cercano a los almacenes Harrods que se perfila como la vivienda más cara del país. Quizá de alguna de sus paredes cuelguen el Tríptico 1976 (de Francis Bacon) o Benefits superviser, sleeping (Lucian Freud), cuadros adquiridos en subasta con cotizaciones récord que superaron los 70 millones de euros. El talonario del oligarca apuesta por valores seguros. Dasha se decanta hacia los jóvenes talentos. Ha abrazado ese rol para quedarse. "Quiero trabajar en el mundo del arte para siempre", confesaba en una de sus raras entrevistas. El mercado sigue muy atento a una rusa cuya vocación y bolsillo no conocen de crisis financieras mundiales.<
Un oasis (artificial) en San Petersburgo
El reinado de la pareja Roman Abramovich-Dasha Zhukova va a tener su corona en una isla artificial construida en el centro de San Petersburgo por Pedro el Grande (siglo XVIII). Después de varias dilaciones y de un diseño frustrado con el arquitecto británico Norman Foster, el magnate ruso desveló finalmente a principios de año su proyecto para levantar en las ocho hectáreas de la isla de Nueva Holanda un complejo que fusiona sus nuevos intereses artísticos con los negocios de siempre.
Dasha tendrá la oportunidad de abrir una rama de su Centro Garage de Arte Contemporáneo en este terreno trufado de edificios de valor histórico, que el plan de su novio promete restaurar al tiempo que desarrolla residencias de lujo, instalaciones comerciales y un hotel bajo la firma de un estudio de arquitectos neoyorquinos. La operación, estimada en casi 300 millones de euros, contribuirá a la regeneración del perfil de San Petersburgo, la patria chica del presidente ruso, Vladímir Putin, y de su clan, acicates y protectores de la fortuna de Roman Abramovich.
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