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Reportaje:

Vayámonos, señor González

José María Aznar y Felipe González se despiden a la vez del primer plano político tras años de enfrentamiento

Dos personajes que han marcado la vida política española de los últimos lustros han escenificado hoy, a pocos kilómetros el uno del otro, sus respectivas despedidas del primer plano político. Felipe González, presidente del Gobierno desde 1982 hasta 1996, y José María Aznar, sucesor de González a partir de 1996, dejarán de ser diputados en las Cortes Generales el próximo 14 de marzo. González ha anunciado que no se presenta, después de ocho años en la oposición y de una legislatura en la que sus ausencias parlamentarias han suscitado severas críticas. Aznar, en cumplimiento de una promesa, renuncia a un tercer mandato y se retira del primer plano de su partido, al menos en apariencia.

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En los actos que sus respectivos partidos han celebrado hoy en Madrid González y Aznar han recibido el aplauso de sus correligionarios, un aplauso emocionado por los años de servicio de uno y otro a sus respectivos partidos.

González, sentado junto al candidato del PSOE al puesto que él ocupó durante 14 años, José Luis Rodríguez Zapatero, ha tenido que ponerse en pie y saludar a los más de 3.000 asistentes a la Conferencia Política socialista que han prorrumpido en aplausos cuando la presidenta de la Mesa de la conferencia, Magdalena Álvarez, elogiaba al ex presidente el haber dedicado "una parte muy importante de su vida a ser el presidente de todos los españoles, no sólo de los que votaban al PSOE". Mientras González se levantaba y agradecía los aplausos, Alvarez hacía hincapié en que la "lección" que dieron los anteriores gobiernos socialistas, entre ellos el de Felipe González, "no la va a aprender nunca el PP".

Si González no ha tomado la palabra en la Conferencia del PSOE, Aznar sí lo ha hecho en la del PP, como presidente del Gobierno. Y lo ha hecho de la misma manera en que se despidió del Congreso de los Diputados en su último pleno: criticando duramente al adversario. Tras descalificar las propuestas socialistas para las próximas elecciones generales, Aznar ha subrayado que "sin ideas propias, sino compradas o alquiladas a otras siglas" es "poco honrado presentarse a unas elecciones". Igualmente, ha hecho balance de sus ocho años de Gobierno, enumerando avances como el crecimiento económico y la creación de empleo, frente a los que "fracasaron como gobernantes, como oposición y están volviendo a fracasar de nuevo".

Me he sentido presidido

Pese a que no ha habido tono de despedida en el discurso del presidente, Aznar ha sido interrumpido en multitud de ocasiones por los 3.000 simpatizantes y altos cargos populares que han querido arroparle en su despedida. El sucesor, Mariano Rajoy, ha sido el que mejor ha expresado el talante de los congregados en la madrileña Casa de Campo, donde ha tenido lugar el acto popular: "Señor presidente, me he sentido presidido". Ya en el uso de la palabra y ante la reacción de los simpatizantes populares, que lanzaban gritos de "No te vayas", Aznar se ha mostrado un tanto emocionado y ha pedido: "No me hagáis pasarlo mal". También ha tenido algún momento para un tono más personal cuando se ha definido como una persona "demasiado seria", "sequerón" y "algo brusco" y ha recordado algunos de los momentos más importantes de su trayectoria política.

Una vez más ha vuelto a justificar su marcha de la vida política, su negativa a formar parte de las listas electorales y a repetir como diputado en la próxima legislatura: "Las personas somos todas necesarias, pero es imprescindible saber abrir el paso a otros". Quizá era eso lo que quería decir con el famoso "Váyase, señor González" que ya no se volverá a escuchar en el Parlamento.

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