Los supervisores prefieren una venta a una ampliación de capital en el Popular
Consideran difícil captar a los inversores si se cierra en falso el actual proceso y no llegan ofertas atractivas
A medida que pasa el tiempo, la venta del Popular se configura como la mejor salida para el banco. En la entidad sostienen que sigue abierta la posibilidad de ampliar capital, pero el supervisor bancario, el BCE, ha traslado al presidente Emilio Saracho, que en las actuales circunstancias, la fusión es la salida con más garantías de éxito. El Popular celebró ayer consejo de administración, que no tomó ninguna decisión sobre las ofertas del Santander y de Bankia.
Hasta el momento se han presentado las primeras ofertas no vinculantes del Santander y de Bankia, que fueron comunicadas a los consejeros, aunque sin bajar a los detalles porque se consideran posiciones preliminares. Fuentes financieras no descartan que el interés de CaixaBank, aunque con menos entusiasmo porque está centrada en la fusión con el portugués BPI. También apuntan que puede haber bajas y altas en la lista de bancos compradores, ya que no hay plazos estrictos en el proceso de venta. Incluso la fecha del 10 de junio como límite para presentar ofertas podría modificarse, según fuentes del Popular. Además, esta compra será compleja por la situación de la cartera inmobiliaria y los interesados jugarán a bajar el precio del Popular mostrando más o menor interés público por el banco.
Tras el consejo de ayer, empieza la segunda fase, en la que el Popular enseñará sus libros contables con todo detalle a los potenciales compradores. Avanza así el camino hacia la venta del banco, que es la opción por la que apuestan los supervisores. Fuentes financieras comentan que se ha hecho llegar a Emilio Saracho, con la diplomacia que domina estos encuentros, que la venta es salida más adecuada para el Popular. El BCE ha explicado en numerosas ocasiones que en Europa hay un exceso de bancos y las fusiones son necesarias para elevar la rentabilidad y la eficiencia del sector.
Los responsables de la supervisión no están cerrados a una posible ampliación, pero son conscientes de que cerrar en falso el proceso de venta, sin ofertas atractivas, para abrir a continuación otro de búsqueda de accionistas, es muy arriesgado. Sería difícil, apuntan, convencer a inversores ajenos de la bondad de poner dinero en el Popular si no lo hace ningún banco competidor tras ver los números y con la posibilidad de ahorrar costes. Además, no será fácil lograr capital de los ahorradores cuando todavía no se ha cumplido un año de la última ampliación de 2.500 millones, que se cerró el 17 de junio de 2016, con un fracaso rotundo.
Las fuentes financieras consultadas también apuntan a que buena parte del equipo gestor de Saracho, así como parte de sus asesores externos, coinciden con el diagnóstico de los supervisores.
Máxima atención
Desde Fráncfort y desde Madrid los responsables de la solvencia bancaria siguen con atención todo lo que está ocurriendo con el Popular: tensión con el pasivo de los clientes, caída continuada de la cotización de la acción así como de la de sus instrumentos de deuda, desmentidos a noticias negativas, etc. Todo este proceso debilita al Popular y hace que sea más conveniente la venta sin retrasos, apuntan estas fuentes.
No obstante, desde el banco explican que se mantiene abierta la línea de una ampliación de capital. “Es parte de nuestra hoja de ruta. Trabajamos internamente en la ampliación como otra posibilidad más, aunque ahora estamos centrados en el proceso de venta”.
Por otro lado, el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó ayer que el Gobierno “no tiene ninguna previsión de inyectar recursos públicos” en el Popular.
Cambio de secretario
Emilio Saracho continuó la renovación del consejo. Ayer presentó la dimisión Francisco Aparicio Valls, el secretario, un cargo clave que ejercía desde 2003. Histórico del banco, fue colaborador del presidente histórico, Luis Valls (con el que no tiene lazos familiares) y también de su sucesor, Ángel Ron. Aparicio está considerado clave en las relaciones de grandes familias accionistas del Opus Dei, organización a la que pertenece, con el Popular. Ha sido sustituido por Joaquín Hervada, procedente de la firma Freshfields.
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