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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Aumenta la precariedad

La mayor destrucción de empleo ha sido público provocado por el cierre del presupuesto de gasto

José Carlos Díez
La entrada de una oficina del INEM, en Alcalá de Henares (Madrid).
La entrada de una oficina del INEM, en Alcalá de Henares (Madrid).EFE

La Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre sorprendió negativamente. El pasado trimestre se destruyeron 19.400 empleos, cuando en el cuarto de 2015 se crearon 45.500 nuevos puestos de trabajo. La mayor parte de la destrucción de empleo ha sido público ya que el Gobierno decidió cerrar el presupuesto de gasto en julio. El anticipo a cuenta del impuesto de sociedades de unos 8.000 millones también habrá frenado inversiones con impacto negativo sobre la creación de empleo en el sector privado.

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Más preocupante es el desplome de horas trabajadas, que fue un 25% menor que en el cuarto trimestre de 2015. Las horas trabajadas el pasado trimestre son las mismas que en el mismo periodo de 2011. Sin contar la Gran Recesión de 2008, es el peor periodo de la economía española desde 1980. La buena noticia es que industria aumentó las horas trabajadas un 60% gracias a las exportaciones, especialmente a Europa. Por lo tanto, la economía crece menos pero más equilibrada.

Los contratos indefinidos crecen un 1,5% anual mientras los contratos temporales crecen al 6% anual. Por lo tanto, la precariedad sigue creciendo y lo ha hecho sistemáticamente desde que se aprobó la reforma laboral de 2012. La deflación salarial se ha concentrado en los contratos temporales y a tiempo parcial y ha afectado especialmente a jóvenes y a mujeres. En 2016 el empleo de menores de 35 años siguió cayendo. Hay casi 900.000 jóvenes menores de 35 años trabajando que en 2011 antes de aprobar la reforma laboral, lo cual ayuda a explicar su desafección.

Otra buena noticia es que gracias a la política monetaria ultraexpansiva del BCE y una política fiscal más gradual desde Bruselas ha permitido que la creación de empleo reduzca el número de hogares con todos sus miembros desempleados y en exclusión social. En 2016 hubo 170.000 hogares menos. Aún así sigue habiendo 1,4 millones de hogares con todos desempleados, sin duda la mayor herida que ha dejado la crisis.

España necesita que se apruebe el plan de inversión europeo que propone la Comisión Europea para compensar el 30% de recorte de inversión pública que ha aplicado el Ministerio de Fomento. Necesita aumentar el número de empresas que exportan y su tamaño. Sólo 5.000 empresas explican el 85% de las exportaciones de bienes, necesitamos muchas más como esas. El Congreso ya ha aprobado modificar la reforma laboral de 2012. El nuevo marco laboral debe permitir flexibilidad a nuestras empresas pero debe reducir la precariedad y la temporalidad en el empleo, especialmente de mujeres y jóvenes.

Tras la subida del salario mínimo, la negociación de salarios en convenios ha pasado del 1% a hablarse del 2%. En 2017 la inflación prevista está próxima al 2% por lo que gracias a ese cambio los trabajadores no perderán poder adquisitivo. Pero es necesario un nuevo marco de negociación colectiva que permita un mejor reparto del crecimiento de los beneficios. Desde 2011 los salarios han perdido dos puntos de peso en el PIB que urge recuperar para aumentar los ingresos públicos, especialmente en el sistema de pensiones.

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